Por cuarto año consecutivo, las mayoras de Guanajuato se reunieron en la Cumbre Internacional de la Gastronomía para hacer gala de la cocina de cada uno de sus municipios. Tres de los platillos principales de esta entidad son las enchiladas mineras (fritas y sumergidas en salsa de chilito guajillo, rellenas de queso ranchero), la sopa de tamal Gorki (los tamales se rebanan en pequeños trozos, se fríen y luego se bañan en un caldo de jitomate) y las charamuscas (los dulces a base de piloncillo, nuez, coco y leche).
Como nos encanta conocer nuevos platos, a continuación te compartimos algunos que conquistaron nuestro corazón. ¿Has probado alguno?
Para abrir la garganta y el corazón, Don José Bueno, cocinero tradicional de Ocampo, ofrece una bebida muy especial, los coporitos. Se trata de mezcal típico del Jaral servido en xoconostles.
Para prepararlos, Don José corta las frutas, les limpia las espinas y retira la pulpa. Luego los escarcha con chile en polvo y vierte en ellos mezcal del Jaral. Para transportar este mezcal tan especial, el cocinero utiliza auténtica pata de buey y cuenta que siempre trae consigo un cuerno de este animal donde, si se le antoja un trago o se encuentra a un amigo en el camino, puede servirse y beber.
Don José tiene una lonchería donde sirve, además, delicias como los tamales sordos. Visítalo en la Lonchería El Volcán en San José del Torreón en el municipio de Ocampo, Guanajuato.
Las tortillas ceremoniales son un delite, reúnen el maravilloso sabor de las tortillas hechas a mano con maíz fresco y las tradiciones ancestrales de Guanajuato. Doña Alicia cuenta que desde que ella era niña, en fiestas y ocasiones especiales, en El Llanito se ofrecían tortillas ceremoniales a todo el pueblo.
Para las bodas, los XV años y para dar gracias a Dios por las lluvias, las mujeres preparan tintas de muicle, betabel, espinacas, pelito de ángel, nogal, hojas tiernas de calabaza y demás alimentos para con sus sellos imprimir en las tortillas un diseño especial. Estos sellos son heredados a hijas y nueras por varias generaciones, ya que al estar hechos de madera de mezquite pueden durar más de 100 años.
Doña Alicia platica que antes solo se usaba la imagen de San Isidro Labrador y La Santa Cruz, pero ahora hay sellos con el escudo de la comunidad, escudos nacionales, la mujer del trabajo y quinceañeras.
En algunas comunidades se comen las tantarrias, unos insectos que crecen en el árbol del mezquite. Doña Virginia González, de Tierra Blanca, cuenta que estos animalitos se reúnen como si fueran abejitas en un panal y hay que tumbarlos usando un palo y una botella de vidrio a la mitad, porque si no te orinan la mano y te queda de color amarillo.
Luego hay que poner los insectos en una cubeta de plástico con agua y cal durante 20 o 30 minutos. Una vez listos se enjuagan y se escurren muy bien. Después hay que prender un comal para tostarlos de pocos en pocos hasta que se les caigan las patitas y quede el puro cuerpecito.
Doña Virginia los prueba para ver que estén bien cocidos y les agrega limón y sal para conservarlos hasta por un año en una canasta. Con las tantarrias se preparan moles, salsas, tacos y tostadas; también se comen como botana acompañados de mezcal.