Nos gusta y mucho. Ligero, muchas veces muy bueno, clásico de clásicos y de origen francés, los vinos de las uvas Pinot Noir son una gozada. La Pinot Noir es una varietal a la que le gusta el frío, y por ende no es común en todas las zonas vinícolas del mundo pues tiene una vida no tan fácil, es una planta difícil de crecer y que toma su nombre -literal- de sus racimos cónicos con colores oscuros, característicos de esta varietal.
Con vinos inigualables como los Romaneé Conti, los más absolutos sibaritas del mundo del vino aseguran que no se sabe mucho de vino si no se aprecia bien un Pinot Noir, una de las cepas que dan vida -por ejemplo- a la mayoría de los espumosos de la región de Champagne en Francia, ademas de ser la uva utilizada por Dom Pérignon. Vaya credenciales.
Esta es la cepa tinta que reina los vinos de La Bourgogne, tiene un característico jugo poco intenso en color y produce vinos de mediana intensidad y mediana concentración tánica.
Las uvas Pinot Noir decíamos que son entre las más difíciles uvas para crecer, pues es una planta y fruta que exige condiciones muy específicas de temperatura y cuidados y por lo tanto requiere de más tiempo e inversión. Estas estrictas características para plantar, cuidar y cosechar Pinot Noir, genera que se produzca en cantidades mucho menores que otros vinos tintos y casi siempre serán etiquetas también un poco más altas en precio.
No solamente fue la la película Sideways (Entre copas), la que detonó -al menos en mercados de habla inglesa- el crecimiento del mercado de Pinot Noir, estos vinos son apreciados por los conocedores, vale la pena entender más y mejor de ellos y, desde luego, probar los que más se pueda.
Les dejamos tres recomendaciones de regiones distintas y de precios en rangos razonables, pero los tres considerados muy, muy buenas etiquetas.
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