Repite en tu mente varias veces: ¡puedo preparar el arroz perfecto! ¡Puedo preparar el arroz perfecto! ¡Sí puedo! Ahora, toma nota de los siguientes consejos y seguro, te quedará perfecto.
Comencemos por lo más fácil, el arroz blanco. Una vez que domines la técnica podrás agregarle condimentos como cebolla, ajo o verduras en cubitos.
El principio básico: La receta de este plato es como una fórmula matemática, por cada taza de arroz que quieras hacer, necesitas dos de agua. Es decir, si quieres hacer una taza, pones dos de agua; si tienes dos de arroz, pones cuatro de agua; tres de arroz, seis de agua. ¿Listo?
Remoja el arroz en agua tibia durante cinco minutos y escurre. Calienta una olla a fuego alto y vierte ahí el aceite y luego el arroz. Deja que se sofría, que cambie y se vuelva brilloso. Lo que sigue es el agua y sazonar con sal.
No deberás mezclar de nuevo.
El punto clave: Aproximadamente cinco minutos después, el agua se evaporará. En el momento en el que el líquido se ha secado pero aún queda humedad en los granos, baja el fuego al mínimo y tapa la olla.
15 minutos después, el arroz deberá estar listo. Destapa la olla y prueba el grano, si no lo está, espera un par de minutos más y vuelve a probar.
Importante: Retira la olla de la hornilla, de lo contrario, se seguirá cocinando y corres el riesgo de que se bata.
Una vez que domines esta preparación será momento de aventurarte a otras recetas como: