Madrid está muy animado. Cada semana abren nuevos restaurantes -también algunos echan el cierre- pero la ciudad vive una efervescencia contagiosa. Muchos son locales para ver y ser visto, con escaso interés gastronómico. Otros son restaurantes de barrio que ponen al día una vieja tradición de la ciudad. También hay apuestas muy serias que darán que hablar en el futuro. Estas son algunas de las novedades que se han afianzado en esta primavera del 2016.
Pinar, 15. Tel.: Precio medio 75€. Menú degustación: 65€. Cierra domingos.
La potentísima apuesta de José Gómez (Jamones Joselito) y Cayo Martínez (Conservas La Catedral) es un regalo para Madrid. Después del éxito de Álbora se han atrevido con este proyecto de envergadura que tratará de cubrir algunas carencias evidentes de la hostelería de la capital, en la que siempre han funcionado bien las casas de espíritu burgués.
Un local de alma clásica y estética contemporánea realizado con buen gusto y materiales de una nobleza extrema en el que una barra elíptica para 20 comensales será la estrella cuando comience a funcionar (faltan un par de semanas todavía). De momento nos gustan especialmente las mesas del comedor junto a la chimenea, iluminadas con luz natural durante el almuerzo. Platos de composición clásica, elaborados con productos escogidos, a los que falta chispa y en los que aún quedan cosas por afinar, pero de los que se espera que en breve cumplan con las expectativas.
El equipo de sala –también en rodaje- apuesta por el desenfado medido y la cercanía bien entendida, respetando con elegancia las distancias, pero sin sobreactuar. El comedido precio del menú degustación (60€) y el de la sensacional bodega son, sin duda, argumentos a favor. El lema “sin tradición no hay vanguardia” que se lee en la carta, es una clara declaración de intenciones.
Calle Santa María, 39. Teléfono: 911 38 62 98. Precio medio: 40€. Cierra domingos noche y lunes.
La forma en que Carlos del Portillo trata los pescados y les da el punto es algo muy serio. Sobretodo cuando lo hace en una cocina de trinchera y sin más ayuda que la de un cocinero y una persona en sala en este recoleto local del barrio de Las Letras. Los estofados y los platos de cuchara son la otra fortaleza de la casa.
Todo aparece reseñado en una carta corta que cambia a velocidad de crucero y deja al comensal un poco descolocado, por lo que conviene dejarse aconsejar. Las verdinas con cabracho dan la talla lo mismo que los judiones con manitas de cordero y langostinos. El sargo con kale y el salmonete, dejan constancia de la buena mano que tiene el jefe con los pescados.
Un lugar sencillo, de decoración espartana pero simpática, y sin pretensiones en el que comer bien no es una aventura.
Paseo de la Castellana, 15. Tel.: 913 19 03 90. Precio medio: 60 €. Menú: 49 €. No cierra.
Han llegado desde Levante, donde ya han demostrado su competencia (el grupo tiene cinco restaurantes entre las provincias de Murcia y Alicante) para conquistar Madrid con sushi y sashimi preparados con pescados mediterráneos. Uno de los socios se dedica al comercio de pescado y ha vivido durante años en Japón, lo que lo explica buena parte del fenómeno.
Han hecho suyo el local del que fuera Nikkei 225, convirtiéndolo en un espacio más confortable y armonioso, sobre todo el comedor del fondo. Al frente de la cocina está el chileno Patricio Alarcón, chef ejecutivo del grupo, pone a punto aliños acertados y chispeantes, que aplica a mújoles, lubinas, doradas, alistados (bonito), pargos o salmonetes, todos ellos de lonjas levantinas, a las que se suman algunas otras piezas de Cantábrico. Buenos cortes, platos calientes logrados como la sopa de jengibre, algunos preparados en unhorno Kamado –favorito de foodies y cocineros; y un surtido de makis, temakis y guncan que van de la ortodoxia a las variantes latinas más atrevidas. Bodega bien seleccionada y bien servida. De postre crepes de dulce de leche
Ibiza, 6. Tel.: 911 73 30 53. Precio medio: 55€. Menú degustación: 60€. No cierra.
Llegaron con el invierno y han florecido en primavera. Les ha pasado a unos cuantos… Y ahora se empieza a hablar de ellos, aumentan las reservas y llenan casi todos los días. Vienen de Cádiz, los conocimos hace varios años en su tabernita Albedrío, allí en Zahara de los Atunes, donde sopla el levante. Han traído su gracia para cocinar pescados de la bahía gaditana pero también otras cosas, recetas diferentes, difíciles de clasificar que surgen de una fusión prodigiosa pero natural, nada forzada, del “libre albedrío culinario” como ellos mismos aseguran.
Ya están rodados, se les nota más seguros, más sólidos que en Cádiz. En la planta baja una barra para comer a base de tapas y raciones. Arriba un restaurante informal muy agradable en el que se cuida el servicio y la presentación de los platos. Imprescindibles la regañá con chicharrones y aderezo criollo, el tarantelo de atún rojo (como esta pieza del atún no se la llevan los japoneses, es buena y sabrosa) con verduritas y el tiradito de lomo de vaca vieja con pimientos de Padrón, vinagreta de shiso y salsa tatemada de chiles habaneros. Una notable propuesta gastronómica con materia prima bien seleccionada.
Montesquinza, 15. Tel: 9131052 72. Cierra domingos. Precio medio: 35€. Menú degustación: 37€.
Jaime Renedo (Asiana –ya cerrado- y Asiana Next Door) abrió este bullicioso local a finales del invierno, discretamente y sin hacer ruido, para hacer lo que mejor sabe: fusionar con gracia recetas e ingredientes de aquí allá y darles el punto perfecto. Cocina asiática con influencias peruanas, mexicanas y mediterráneas ¡Ahí es nada!
Publico joven, mayoritariamente femenino, rendido a los cócteles, los baos y los tiraditos en un local desenfadado, siempre lleno (lista de espera de semanas para cenar viernes y sábado), con cocina a la vista y mucho movimiento. Desde el kebab indonesio al nem tho vietnamita pasando por el dumpling de carabinero el festival de sabores agripicantes está asegurado. No hay que perderse los cócteles.
Alonso Cano, 10. Mercado de Chamberí. Abre de martes a domingo desde las 12.30h. Precio medio: 15 €.
Un nuevo –bueno tal vez no tan nuevo- concepto para comer en un mercado. En medio de los puestos de toda la vida, media docena de barras con un espacio común de mesas altas, en las que se preparan y sirven diferentes cocinas del mundo. Chambi es el local de Omar Malpartida (Tiradito&Pisco Bar) donde se pueden probar los auténticos sanguches peruanos. Lambuzzo (que tiene otro local en Ponzano 8) ofrece cocina gaditana moderna, croquetas de de mejillones y gambas al ajillo, pan de tinta de calamar, pescaitos fritos y cosas por el estilo.
En el Rincón de Lupe tapas castizas (callos, lentejas, tortilla de patata) con vermut de grifo. La Valona es un pedacito de México en Madrid: taco de carnitas, quesadillas, etc y El Loco Antonelli, apuesta por la cocina de pescado: cocochas de merluza con salsa de callos, pulpo canario con mojo…
Calle Antonio Acuña, 19. Tel.: 914 35 88 29. Cierra domingos. Precio medio 40€.
Los chicos de Arzabal, Iván y Álvaro, montaron este espacio con la idea de convertirlo en un club privado, pero Madrid no es Londres ni Nueva York, aunque nos duela. El local, con un interiorismo elegante y sofisticado, se ha reconvertido (comenzó a mudar la piel en otoño) en un espacio singular donde se sirven acertados platos de cocina japonesa fría elaborados en el momento con un producto de calidad, y se preparan apetecibles cócteles (clásicos y modernos).
En la planta calle, una barra y mesas altas invitan al afterwork. En el sótano con sillones chester y derroche de terciopelo, mesas cómodas para comer y beber a placer, en la intimidad. Un lugar diferente, discreto y encantador, totalmente distinto a lo que se encuentra en Madrid, muy al gusto de los Arzabal, sibaritas y disfrutones. La selección de champanes (a buen precio) es otro valor a tener en cuenta.
Avenida de Menéndez Pelayo, 11. Tel.: 914 35 28 19. Precio medio: 35€. No cierra.
Un bar contemporáneo donde comer a base de raciones y picoteos. Lo que Pepe Solla quiere con este nuevo local –que se suma al inaugurado en invierno en la calle Velázquez. Atlántico Casa de Comidas- es traer un trocito de Galicia a Madrid, pero lo hace más a través del producto que de la cocina que se abre a múltiples influencias foráneas: aguachile de vieira o de caballa; mejillones en curri verde; cacherira (careta de cerdo) viajera…
Una propuesta cosmopolita, sencilla, en la que no faltan los huevos fritos con zorza( carne de cerdo adobada, parecida a la prueba de matanza) o los cachelos (patatas) bravos con panceta. Mesas altas y una barra en la que se muestra el producto fresco llegado desde Galicia son dos buenos alicientes para la clientela de Retiro, uno de los barrios de la capital con más animación.
Velázquez, 18. Tel.: 911385301 Precio medio: 25€. Cierra domingos.
Poco que ver tiene este elgante local de Veláquez con aquella pizzería que conquistó a muchos madrileños en los 90, el Pulcinella de la calle Regueros. Interiorismo sofisticado y elegante firmado por el grupo Blume, que se abre a la calle a través de grandes ventanales que sirven de reclamo. En la carta una selección de platos italianos entre los que no faltan los hits de los madrileños: burrata pugliese, le cozze alla Pulcinella (mejillones), los penne all’arrabiata o las pizzas, más de 10 variedades. En menú Margherita por 14 euros con bebida, un plato y postre, funciona la mar de bien.
Calle Eloy Gonzalo, 10. Tel.: 917377775. Precio medio: 35€. No cierra.
El grupo Larrumba, que comenzó con Pipa and Co, Marieta, etc, convierte en oro cuanto toca y está revolucionando Madrid con sus locales de decoraciones llamativas –muy cuidadas- que atraen a la gente guapa dispuesta a disfrutar del ambiente más que a juzgar la calidad gastronómica de lo que tienen el plato. Un segmento de mercado en ascenso, gracias al que se está logrando la regeneración estética de la ciudad. Se acabaron los mesones casposos, es el momento de los locales bonitos que llaman la atención.
Perrachica era aquella moneda de 5 céntimos en la España de la peseta. Hoy es un espacio sofisticado con diferentes ambientes y un jardín interior, donde se puede comer, merendar o tomar una copa. Cocina básica, sin complicaciones, en una carta muy bien estudiada en la que es difícil no encontrar algo apetecible: pastas, hamburguesas, platos de huevos, carnes y pescados y sobre todo postres. Grupos de amigas, pandillas y familias se dan cita en este restaurante de Estrecho que registra llenos diarios.
Castellana, 130.Tel.: 91 7372552. Precio medio: 30€. No cierra.
El restaurante de Alberto Chicote ya tiene un hermano pequeño. El nuevo local de la zona ejecutiva de la Castellana repite decoración y formato. Estética de taberna japonesa (izakaya) gira en torno al yakitoro (juego de palabras con yakitori, en japonés la brocheta que se asa a la brasa) pero elaborado con productos españoles de La tierra, el Agua, la Finca y la Granja. Pollo, calabacín, atún…Además están los yakibocatas que no son otra cosa que diferentes propuestas de baos, incluido uno homenaje a David Chang, el americano de origen chino que ha revolucionado Nueva York. Ideal para ir con los niños o con amigos y pasar un buen rato.
Infanta Mercedes, 105. Tel.: 91 572 00 52. Precio medio: 25€.
Cambio de barrio y de color en los azulejos. Del Campo de las Naciones a Tetuán; del verde al rojo. Pero idéntico ambiente, cocina y entusiasmo. Sergio Martínez repite carta de cocina tradicional con algún toque moderno. No faltan las canicas: croquetas de estofado de carrilleras, top de la casa, ni los falsos arroces (pasta de trigo con forma de grano de arroz) con distintos ingredientes (carabineros, puntillitas). Triunfan los asados al carbón en el horno Hosper: con las hamburguesas y las costillas con salsa barbacoa casera como estrellas invitadas. De postre flan de queso.