Los hay de todas formas, tamaños y colores. Sorber rápidamente el contenido líquido de un recipiente, por medio de un tubito de plástico flexible, es verdaderamente práctico. Además de beber a través de ellos, también sirven para hacer adornos, esculturas y hasta juguetes bélicos —¿recuerda las cerbatanas con papelitos mojados o arpones con ligas y pasadores de cabello?
Pero, ¿a quién se le ocurrió utilizar por primera vez los popotes como los conocemos actualmente? Para resolver esta incógnita, decidí investigar en varias fuentes, pero difícilmente en algún libro o enciclopedia se mencionaba algo. En internet encontré varias historias sobre el origen de los popotes y averigüé otro poco en pláticas de café. Todas las versiones tienen lógica y credibilidad, y todas tienen su origen —¡qué raro!— en Estados Unidos, con una situación curiosa de por medio.
Una de las más clásicas y creíbles es la que involucra al concesionario de alimentos y bebidas Harry Stevens (1855-1934), que fue también responsable de introducir los ya clásicos hot dogs en el estadio de los entonces Gigantes de Nueva York.
Stevens se dio cuenta de que cuando los fanáticos tomaban sus refrescos, dejaban de ver el juego. El empresario tenía conocimiento de que los antiguos egipcios bebían usando unas cañas huecas y pensó que algo así serviría durante los partidos. Contrató entonces a una compañía papelera para elaborar unos tubos de papel grueso que incluyó con cada refresco, lo que triplicó las ventas y, de paso, aportó una nueva forma de disfrutar las bebidas.
Los primeros popotes de plástico flexible se deben a los hermanos Betty y Joseph Friedman (1900-1982), dueños de una compañía dedicada a elaborar medicinas, quienes vendieron el primer embarque a un sanatorio californiano, donde lo habitual era utilizar tubos de vidrio para que los pacientes sorbieran los líquidos.
Sin embargo, Marvin Stone, un fabricante cigarrero de Washington D.C., fue el encargado de patentar la idea. En la historia oficial de este registro se menciona que Stone creó un tubo de papel para tomar líquidos porque estaba cansado de que su bebida favorita —el whisky con menta— se entibiara antes de que pudiera acabársela y perdiera su sabor.
Stone vio una conexión entre el proceso de elaborar envolturas de cigarros y confeccionar popotes artificiales, por lo que, después de un año de experimentar con tiras de papel enroscadas alrededor de un lápiz, en 1888 patentó sus pajillas hechas a base de hojas de papel manila enrolladas y cubiertas de parafina, que medían alrededor de 22 centímetros y tenían un diámetro angosto para evitar que algún residuo se atorara en ellas. La misma historia oficial añade que la idea gustó tanto que para 1890 su fábrica producía más popotes que cigarros.
Lo que muy pocos saben es que los popotes fueron bautizados con ese nombre en México a partir de una derivación del náhuatl popotl, como se le nombra al tallo que se usa para hacer escobas. En otros países se conocen como cañas, pajillas o tubitos, y el término en inglés drinking straw también remite a pajilla.
Por si esto fuera poco, también se cuenta que los antiguos mexicas utilizaban varas huecas de carrizo para beber chocolate o pulque, por lo que, si se trata de presumir, podemos mencionar que nuestro país también contribuyó al nacimiento de estos prácticos adminículos.
Actualmente forman parte tanto de la cultura popular como gastronómica de todo el mundo. Cierta vez, la selección guatemalteca de futbol jugó un partido amistoso contra México y, más tarde, en el restaurante, uno de los jugadores pidió un refresco. La mesera le preguntó si lo quería con o sin popote, a lo que el futbolista respondió: «Sí, échele un poco, por favor»
Recto. El clásico y el más usado. Es el típico popote que está derecho de principio a fin. Se utiliza para tomar refrescos, café capuchino, raspados, jugos, licuados y demás bebidas. Normalmente es blanco o tiene algunas líneas de colores.
Periscópico. El favorito de los niños. Cerca de la boquilla tiene una caprichosa coyuntura en forma de acordeón que se mueve según convenga a quien bebe el líquido. Normalmente es usado para malteadas y helados de los llamados flotantes.
Espiral. El más divertido de todos. Está hecho de plástico rígido y tiene varios dobleces de punta a punta. Cuando se aspira para sorber el líquido, éste pasa con rapidez por las partes torcidas, creando un espectáculo entretenido.
Miniatura. El que casi siempre es gratuito. Por lo general viene unido a una caja desechable que contiene bebidas, como leche de sabores o jugo. Tiene un extremo puntiagudo que sirve para perforar el sello del envase y permitir que el líquido sea absorbido.
Agitador. El menos popote de todos. Es muy pequeño y delgado, parecido a los miniatura, pero con un surco muy pequeño que dificulta beber. Normalmente se usa para agitar bebidas muy calientes, como café o té.