Entrar a Limosneros es entrar a un lugar con historia. Sus muros de más de 400 años fueron construidos con los donativos o limosnas que daba la gente del pueblo a la iglesia católica, por eso les llamaron “muros limosneros”. Desde un psiquiátrico y hasta una bodega del Café Tacuba, hoy Limosneros es un restaurante para saborear cocina mexicana de ingredientes tradicionales, pero con una interpretación moderna.
Aquí se viene a comer insectos, carnes, salsas, pescados, mariscos, tacos; a beber mezcales, cocteles y vino de la casa.
Los chefs a cargo de la cocina son el argentino Marcos Fulcheri y el mexicano Carlo Meléndez, pero el dueño de Limosneros es Juan Pablo Ballesteros, bisnieto del creador del mítico Café Tacuba.
Al llegar, pide un coctelito al mesero. Aunque aún no tienen carta de cocteles (ya están en proceso de creación), él te dará las opciones del día. Anímate a ordenar uno de mezcal y tamarindo escarchado con cacahuate para que te abra el apetito.
¿Listo? Aunque de entrada puedes elegir entre unas flautas de flor de Jamaica, verduras horneadas, cebiche y otros platillos, prueba los cocopaches, unos insectos poblanos servidos sobre un envuelto de flor de calabaza relleno de requesón, hongos y nuez. O escoge los escamoles con ayocotes y epazote, que vienen en una presentación maravillosa: en un envase de vidrio que al destaparlo libera un delicioso olor a canela.
Voltea al techo. Verás candelabros que datan de 1920.
¿Y qué es la comida mexicana sin tacos? Limosneros tiene unos bastante especiales, por ejemplo, el de langostino con acociles y pico de gallo; el de percebes de Ensenada con chícharo chino, aguacate, kiwi, leche de salicornia, pescado fresco, caviar de cilantro, lumpo y en una delgada rebanada de jícama; y hasta uno dulce hecho de frutas en tortilla de miel con crema de vainilla y mamey.
Uno de los platillos estrella de este restaurante es el pato servido con una salsa de capulín y ensalada de arúgula, manzana y pasas, aunque a nosotros nos conquistó el sope de machaca con huevo de pato y una salsa picosa, de esas que se disfrutan, que no incendian la boca.
Si te queda espacio en el estómago pide un postre. Prueba los helados artesanales o la tabla de cuatro quesos y cuatro mieles, una miel para cada quesito. Una de ellas está hecha de un insecto llamado pulgón, maravillosa.
Para beber, Limosneros ofrece seis tipos de cervezas artesanales de Ensenada y Colima; 14 tipos de mezcales de la casa; y un vino de la casa producido en Ensenada, llamado Vuelo de Rayas.
Buenas noticias: de lunes a viernes ofrecen dos opciones. Una degustación taquera de 6 tiempos y un menú también de 6 tiempos, que te incluyen una copita de pox –un destilado de maíz-, café o té y, si gustas, con todo y maridaje.
Si te encantó lo que probaste tienes la opción de comprar algunos de sus productos artesanales. ¡Provecho!
Dirección: Allende #3, Col. Centro Histórico.
Twitter: @limosnerosmx
Facebook: Limosneros
Teléfono: 55 21 55 76