Este es probablemente el vino de mayor reconocimiento y más alta gama del mundo y, como a veces suele suceder, de los vinos más caros también. La bodega se encuentra en el mundialmente famoso municipio francés de Vosne-Romanée, en la zona de la Côte de Nuits, lugar en donde se producen vinos verdaderamente míticos.
Los viñedos de Domaine de la Romanée-Conti pertenecen en la actualidad a las familias Villaine y los Leroy/Roch, ambas borgoñesas, y comprenden una bodega, varios vinos y varios viñedos cuyos orígenes se remontan al siglo XIII.
¿Qué los hace tan especiales?: acá es sin duda cuando hay que entender el verdadero significado del terroir, las condiciones de suelo y de clima que permiten crecer vides consistentemente maravillosas, tratadas por expertos con enorme reconocimiento y convertidas en vinos premiados que, año con año, resultan maravillosos, tan es así que desde 2015 los viñedos son parte del patrimonio de la humanidad de acuerdo con la UNESCO.
Los viñedos de Domaine de la Romanée-Conti han pasado a lo largo de los años por varias manos. La familia Leroy es copropietaria de la casa desde 1942 y está a cargo de su venta y distribución en casi en todo el orbe. Con principios de biodinámica, cuidan y tratan a sus vides de la forma más natural y con la premisa de que los climas y sus propiedades otorgan verdaderos sabores e interés a los vinos.
La casa produce ocho etiquetas, todas ellas Grand Cru, Romance-Conti, La Tâche, Richeburg, Romance-Saint Vivant, Grands Echezeaux, Echezeaux, Montrachet y Corton. De todas las etiquetas, la Romanée-Conti es la más apreciada y valorada y en ella se prueba una mezcla casi artística de uvas Pinot Noir con una fragancia, aroma, textura y cuerpo que estremecen.
La edad promedio de las vides de este viñedo es de 50 años y, entre muchas otras características y particularidades en su producción, solamente utilizan caballos y no tractores dentro del viñedo para evitar que el suelo se compacte. Una botella de Romanée-Conti se produce con tres racimos de uvas del viñedo y el promedio de producción es de 450 cajas. Dicen los expertos que es la verdadera y más pura expresión de un Pinot Noir y únicamente cuentan con 18 mil metros cuadrados que conforman una de las denominaciones más pequeñas de toda Francia.
La Tâche, cuyas viñas tienen también casi 50 años, de la que se producen cerca de 20 mil botellas anualmente (es el vino de mayor producción de la bodega), es el otro monopolio en su posesión. Es, con poco más de 6 hectáreas, el vino más prestigioso de la Côte de Nuits, después de la propia Romanée-Conti. Incluso es discutido si la calidad de La Tâche es superior a la de la Romanée-Conti, o viceversa.
Los vinos de la casa Romanée-Conti no decepcionan. Los precios son un capítulo aparte, más allá de que a muchos les parezca que un vino no debería alcanzar cifras de decenas de miles de euros, la realidad es que hay oferta porque hay demanda, y así como los coleccionistas de arte persiguen una obra de Magritte y la adquieren por sumas muy grandes de dinero, otros con distintos gustos buscan los más grandes diamantes o aquellas añadas de Romanée-Conti excepcionales, y también las consiguen.
Quizá el valor más importante de beber una copa de alguna etiqueta del triunfante Domaine de la Romanée-Conti es la historia y lo que ese sabor implica, “el cielo en la tierra”, dicen algunos.
Los dejamos, para concluir este pedazo de historia del vino más caro del mundo, con una romántica descripción de la bebida y de ese paraje: “un vino de príncipes, un vino terciopelo, seducción y misterio. El más proustiano de los grandes vinos… en esta parcela de tierra, quizá los dioses dejaron un embrujado rastro de perfección”.
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