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¿Cómo le fue al vino mexicano en 2015?

Por Mayra Zepeda

México está considerado como uno de los mercados emergentes en el tema de vino junto con Polonia y Brasil. El año pasado seguramente nos reivindicó en dicha posición, ya que en la última década el consumo de esta bebida registra un constante crecimiento.

Sin embargo, en México todavía se considera elitista consumir vino, desafortunadamente.

El problema -no solo del 2015, sino de los últimos 20 años- es que tanto productores como distribuidores siguen sin enfocar sus esfuerzos en dirigirse al segmento potencial de la población que está ansioso de aprender y sobre todo beber vino, el cual asciende a cerca de 10 millones de personas.

Un buen propósito para este año es que si queremos aumentar su consumo, los comunicadores del vino –sommerlier, enólogos, vendedores, restauranteros y escritores- deben dejar de hablar en un lenguaje técnico y arrogante, y por el contrario, mostrar al consumidor las bondades de la bebida de manera cautivadora. Para éste es irrelevante saber sus aromas o las “piernas” que se ven en la copa. Lo más importante es conocer si el vino que compró será placentero y con qué lo puede acompañar.

¡Buena noticia!

El 2015 fue un buen año para el sector vitivinícola nacional. El vino mexicano sigue siendo el más consumido en nuestro país y la producción registró un incremento.

Entre más vino nacional bebamos, mayor será la producción y en un mediano plazo los precios por fuerza tendrán que disminuir.

Basado en experiencia personal y en estudios realizados por numerosas escuelas de medicina de instituciones con prestigio internacional, sabemos que acompañar diariamente nuestros alimentos con una copa de vino hace que tengamos una vida más saludable.

La cantidad recomendada es entre una y dos copas por comida. Si consideramos que de una botella de 750 mililitros podemos servir entre ocho y diez copas, podemos deducir que una botella nos puede alcanzar para una persona durante una semana.

Una no tan buena: el aumento de precios

No puedo dejar de mencionar que del año anterior heredamos una crisis económica que obligó a los distribuidores de vino a aumentar sus precios, ya que el vino extranjero se paga en monedas como euros o dólares, los cuales incrementaron su valor.

En el caso del vino mexicano, una buena parte de sus insumos –como barricas, por ejemplo- se pagan en moneda extranjera, lo que incrementa el costo de producción considerablemente.

Hablemos más de vino

Por otra parte, las escuelas de vino han aumentado y cada vez hay más gente dedicada al tema, eso habla de un incremento en el consumo. Un consejo para seleccionar la mejor opción es averiguar quién lo imparte y su trayectoria, así respaldarás tu decisión y, sobre todo, tu inversión.

Un buen propósito será, por supuesto, consumir al menos una botella de vino mexicano por semana. Tendrán una mejor calidad de vida, se los aseguro, y apoyarán al crecimiento de una industria mexicana. Cuando pienses en vino decide por México.

Feliz 2016.

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