En 1989, el gobierno mexicano firmó el Protocolo de Montreal, un acuerdo internacional con la meta de eliminar gradualmente las sustancias que agotan, enrarecen o adelgazan la capa de ozono. Entre éstas, destacan los clorofluorocarbonos (CFCs), cuyo uso está prohibido, pero que durante mucho tiempo formaron parte de los refrigeradores en todo el mundo. Según informes de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el refrigerador es el electrodoméstico de mayor venta y uso a nivel mundial. Por eso cuando deja de servir, es un emisor de contaminantes muy agresivo, y entre más viejo sea, mayor es la posibilidad de que utilice CFCs para refrigerar.
Pero, ¿qué opciones tenemos para desecharlo responsablemente? En México, la mayoría de la gente simplemente lo vende como fierro viejo, lo que impide su adecuada disposición. El único programa masivo para la renovación de refrigeradores en México fue “Cambia tu Viejo por uno Nuevo”, que consistió en reciclar refrigeradores y aparatos de aire acondicionado y otorgar un subsidio a los interesados en adquirir uno nuevo. Este programa se aplicó en 2009, bajo la presidencia de Felipe Calderón, por medio de la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Como parte de este programa se recolectaron casi dos millones de frigoríficos que fueron sustituidos por diseños ahorradores de energía, libres de CFCs.
El programa concluyó en 2012, y en la administración del actual presidente, Enrique Peña Nieto, la dependencia que debería estar a cargo de dar seguimiento a este programa es la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE), que no lo contempló en su Plan Anual de Trabajo 2015. Por lo tanto, si alguien decide cambiar su refrigerador y quiere desecharlo de manera responsable, tiene que acercarse a empresas privadas de reciclaje y pagar por este servicio.
En México, existen pocas empresas dedicadas a desmantelar refrigeradores con el cuidado necesario para que no causen daños ambientales. Ecofrigo es una de ellas y se asume como la única certificada en el país para realizar reciclaje de refrigeradores, aceites del circuito de refrigeración y de gases refrigerantes como los CFCs.
En promedio, Ecofrigo extrae más de 400 gramos de CFCs de cada refrigerador y cada kilo que recupera tiene un costo de 450 pesos para esta empresa. Tan sólo en 2010, la empresa extrajo 10 mil toneladas de refrigerante. Por supuesto, este proceso no implica una pérdida para la empresa, pues estos gases se revenden y además, para reciclar un electrodoméstico, cobra al interesado alrededor de 400 pesos por concepto de flete.
En contraste, Estados Unidos cuenta con el programa Responsible Appliance Disposal Program (RAD), que significa Eliminación Responsable de Electrodomésticos. A través del éste, los habitantes pueden reciclar sus refrigeradores, sólo necesitan comprar uno nuevo; cuando la tienda va a dejarlo, se lleva el viejo y listo.
Mientras tanto en México no parece que haya planes ni presupuesto para que las autoridades ayuden a los interesados en renovar sus electrodomésticos a desechar responsablemente los viejos.