A decir verdad, en los últimos años han surgido tantos festivales gastronómicos en México, que para muchas personas —especialmente para los ‘foodies’ expedicionarios o gastroturistas— resulta un dilema decidir entre ellos. Hay muestras culinarias en casi todos los estados; se ofertan buenas opciones y otras regulares pero lo que es claro es que existen cuando menos cuatro o cinco eventos de esta índole que nos despiertan el antojo de emprender el viaje a la menor provocación.
Para quienes no hayan estado antes en uno de los grandes festivales —que por su magnitud y la calidad de sus participantes podrían ubicarse en el top cinco nacional—, es importante conocer las características que suelen conformar las programas de dichos eventos.
Por lo general hay pláticas, demostraciones de cocina en vivo, talleres o clases breves enfocados a un tipo de comida o bebida; hay mesas redondas, conferencias magistrales, degustaciones guiadas, oferta de bocadillos o comidas ligeras y por supuesto, cenas con importantes exponentes de la cocina. Las fiestas o after de estos eventos suelen tornarse legendarias.
Estos festivales suelen durar de tras a cinco días y casi siempre atraen a estudiantes de cocina, restauranteros, cocineros, glotones amateurs y profesionales, así como a groupies de los chefs, medios especializados y gente relacionada directa o indirectamente con asuntos de turismo y producción de alimentos. Siempre hay antojadizos que tan solo llegan para ver y, quizás, ser vistos.
Unión de las Californias y México
Dicho lo anterior, podemos empezar a describir unos de los festivales que en los últimos años se ha afianzado tanto en el gusto del público regional como entre los amantes de este joven pero notable exponente de la cocina mexicana.
Los productos y restaurantes de Baja California atraen a ‘foodies’ a probar las maravillas de esta región. // Foto: Beto Lanz
El nombre de Baja California, sus productos y su cocina ya no abarcan los titulares cuando de novedades se trata; en lugar de eso acapara la atención de gourmands en diversas latitudes, confirmándose como uno de los destinos irresistibles del turismo gastronómico y enológico del continente americano.
Visitar Baja California durante el Baja Culinary Fest (BCF) es una oportunidad para presenciar la labor de varios de los cocineros más sobresalientes de esta región, así como aquellos invitados que de otras zonas de México y de distintos países vienen a trabajar, a convivir y disfrutar de un ambiente de fiesta y buena vida. En la edición 2015 estuvieron presentes cocineros como Edgar Núñez y Dante Ferrero, quienes ante una audiencia llena de estudiantes hablaron de las tendencias culinarias en la Ciudad de México y Monterrey. Drew Deckman y Pedro José Román describieron y demostraron una parte de la cocina rústica en el Valle de Guadalupe y en las altas montañas de Veracruz, respectivamente.
El chef Dante Ferrero del restaurante Neuquen habló sobre las tendencias en la cocina de Monterrey. // Foto: Beto Lanz
Dimos cuenta de la gran afluencia de tijuanenses y visitantes al convivio popular que se ofreció, bajo el nombre de “Expo culinaria, del productor a la mesa”, en la explanada del CECUT (Centro Cultural Tijuana). Ahí probaron un gran número de bocadillos preparados al momento por una buena variedad de restaurantes del estado. Aquí mismo se podía convivir con productores de vino, cerveza, hortalizas, quesos, conservas y dulces regionales; diseñadores, músicos y artistas de diversas disciplinas se dieron cita durante tres días para vivir este evento que ha rebasado los límites de las cocinas y se ha convertido en un fenómeno de comunión social de Tijuana y sus alrededores, incluyendo por supuesto, al sur de California.
En las demostraciones de cocina en vivo, Alfonso Cadena, Darren Walsh y Daniel Ovadía, hicieron alarde de su habilidad para domar el fuego y dejaron con la boca abierta, tanto a los asistentes de sus demos en el Centro Cultural como a quienes consiguieron un sitio en sus banquetes nocturnos.
Alfonso Cadena fue uno de los chefs que realizaron muestras gastronómicas al aire libre en el Baja Culinary Fest. // Foto: Beto Lanz
También estuvieron presentes los mejores restaurantes de Tijuana como Misión 19, La Querencia, Verde y Crema, Caesar’s, La Diferencia, Caza Club IPAA, Chans Bistro, La Justina o el fantástico Brasero en la vecina ciudad de San Diego, comprobando que el BCF no tiene límites. Cocineros como Abel Hernández, Bianca Castro-Cerio, Miguel Ángel Guerrero, Karla Guerrero y el anfitrión Javier Plascencia, compartieron los escenarios al interior del CECUT y las cocinas de los restaurantes tijuanenses para brindar experiencias culinarias a cientos de comensales que abarrotaron las cenas especiales que se ocuparon las tres noches del BCF.
Ser parte de este festival no sólo es una oportunidad de participar en sus múltiples eventos, si no que ofrece la posibilidad de aproximarse a la extraordinaria cocina de Tijuana, donde lugares como el BCB, Tabule, las tortas del Washmobile, Erizo o los tacos de Fito en el mercado Hidalgo, despliegan el suculento abanico culinario tijuanense.
La oferta gastronómica de Baja California es inigualable. // Foto: Beto Lanz
Ir a Baja California durante el festival es la ocasión perfecta para llegar a varios de los mejores restaurantes del país asentados en Ensenada y el Valle de Guadalupe. Cuando uno decide venir al BCF debe de reservar un tiempo o extender el viaje para comer en sitios como Manzanilla, Malva, Corazón de Tierra, La Guerrerense, Laja, la Cocina de Doña Estela, Deckman’s en el Mogor, Tras Lomita, El Pinar de Tres Mujeres y una enorme lista de buenos sitios en la zona del puerto de Ensenada y Valles.
Hay que visitar viñedos como Paralelo, Finca La Carrodilla, Casa de Piedra, o la Cervecería Wendtland y Troika para darse una pequeña idea de lo que este estado tiene para ofrecer a quienes aman la comida, el buen vino, la cerveza y los viajes con carácter.
Visitar Baja California es una gran oportunidad de probar nuevos sabores, como la lengua con percebes. // Foto : Beto Lanz
