La historia y las mesas alrededor del mundo han creado, de acuerdo a las necesidades y especificaciones de cada época, los cubiertos de la mesa. Llama la atención que el tenedor, aquélla indispensable pieza, existe en la cubertería en realidad hace no mucho —es el más joven de sus parientes— e históricamente no fue sino hasta que las cortes francesas contraen matrimonio con las italianas, que llegó a la mesa de occidente.
Tenedores hay de muchos tipos, tamaños, números y características de dientes. Cada uno de ellos tiene un propósito y función particular, los mangos son distintos, los dientes con más o menos punta, entre muchas otras diferencias. Más allá de querer o deber tener todos —porque tenedor es tenedor al fin— les compartimos una breve guía de cómo reconocer las funciones de cada uno de ellos.
La regla general es que es del mismo tamaño que la cuchara para la sopa y suele tener cuatro o cinco dientes, dependiendo la casa de cubiertos que los ha fabricado.
Este es un tenedor más plano que el de mesa y también se diferencia por ser más ancho y con cuatro dientes más cortos y uno de ellos ligeramente curveado.
Los de mariscos son tenedores alargados y más finos con dientes más cortos que los de otros, y solamente dos de ellos que suelen acabar en punta y que sirven para poder extraer la carne de aquellas partes —manos, patas y rincones— de los crustáceos.
De dos dientes con una abertura central amplia, es usado para poder sostener la pieza que se desea trinchar en el plato.
De tamaño similar a la cuchara de servicio, con cuatro o cinco dientes, y muy ancho y de pala plana para poder ser útil a la hora de servir.
Este es un cubierto de pala ancha, con dientes que apenas son visibles.
El de postre es de tamaño menor al tenedor de mesa con un dentado corto y con tres o cuatro dientes.
Es el más pequeño de todos los tenedores. Es un cubierto corto, dentado con tres dientes y de fabricación gruesa para poder trabajar con conchas.
El tenedor de fruta tiene un tamaño entre el tenedor de mesa y el tenedor de postre.
Es un cubierto largo de hasta 20 centímetros con dos dientes y se usa junto con una pinza que sujeta la concha del caracol.