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#FOTOGALERÍA Recetas inspiradas en literatura

Por Mariana Toledano

Los mejores libros son los que trascienden en nuestras vidas y que nos hacen echar a volar la imaginación y crear cosas fabulosas. Los libros que Kate Young ha leído la han inspirado a crear recetas, cada una de ellas se acompaña de citas y explicaciones que reflejan lo que el texto significa en su vida.

Young expone su trabajo inspirado en la literatura en su blog The little library cafe y en su Instagram, donde puedes encontrarla como @bakingfiction. Esta es una pequeña muestra de su gran trabajo, todas las fotografías son de su autoría.

¿Qué receta te gustaría recrear?

Brownie con sal de mar

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La conjura de los necios de John Kennedy Toole (1980).

“Madre, ¿estás haciendo una escena? —Ignacio preguntó irritado.— ¿No puedes ver que la señorita Darlene y yo estamos hablando? Tú traes pasteles. Cómelos. Siempre te quejas de que nunca vas a ninguna parte. Me hubiera imaginado que estarías disfrutando de tu noche en la ciudad. —Ignacio estaba de vuelta en el radar, por lo que la señora Reilly urgó en sus cajas y se comió un brownie.— ¿Sólo uno? —preguntó el camarero— Son agradables.”

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Dumplings

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La esposa del dios de la cocina de Amy Tan (1992).

“De vuelta a casa, le dije a la cocinera que hirviera suficientes ollas de agua y cortara suficiente carne de cerdo y verduras para hacer mil dumplings, tanto al vapor como hervidas, con mucho jengibre fresco, una buena salsa de soja y vinagre dulce. Hulan me ayudó a amasar la harina y extender la masa en pequeños círculos. Admito que al principio estaba impresionado por sus habilidades en la cocina”.

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Pollo frito y rollos

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Matar a un ruiseñor de Harper Lee (1960).

“Cal, ¿qué es todo esto?  —Estaba mirando a su plato de desayuno. —Calpurnia dijo, —el padre de Tom Robinson le envió este pollo esta mañana. Lo arreglé. —Dile que estoy orgulloso de tenerlo, apuesto a que no tienen pollo para el desayuno en la Casa Blanca. ¿Qué son estos? —Rollos —dijo Calpurnia, Estelle los envió.”

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Cangrejo, aguacate y mayonesa

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La campana de cristal de Sylvia Plath (1966).

“Tuve una visión de las cocinas celestialmente blancas de Ladies’ Day que se extienden en el infinito. Vi un aguacate relleno de carne de cangrejo y mayonesa bajo luces brillantes. Vi la delicada carne de color rosa moteada asomándose seductoramente a través de una capa de mayonesa y el color amarillo de piel de cocodrilo verde del borde del aguacate sosteniendo todo el asunto. Veneno.”

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Pudín de Navidad

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Harry Potter y la piedra filosofal de JK Rowling (1997).

“El pudín flameante de Navidad siguió luego del pavo. Percy casi se rompió los dientes en una hoz de plata incrustado en su rebanada. Harry vio a Hagrid ponerse más y más rojo cuando pidió más vino, finalmente besó a la profesora McGonagall en la mejilla, que, para sorpresa de Harry, se rió y se sonrojó con su sombrero de copa desequilibrada”.

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Pastel de jengibre pegajoso

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Cinco en una isla del tesoro de Enid Blyton (1942).

“No pasó mucho tiempo antes de que los cuatro estubieran sentados tomando un buen té. La tía Fanny había horneado más bollos para ellos y había hecho un pastel dejengibre con melaza negra. Era de color marrón oscuro y pegajoso para comer. Los niños terminaron todo y dijeron que era el mejor que habían probado nunca.”

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Pay de limón

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La acidez de Nora Ephron (1983).

“Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, habría hecho un pastel diferente. El pastel que le tiré a Mark armó un completo desastre, pero una tarta de arándanos habría sido aún mejor, ya que habría arruinado permanentemente su nueva chaqueta, la que él compró con Thelma. Pero Betty dijo trae una tarta de lima, así que lo hice”.

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Hot cakes de chocolate y arándanos

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El Jilguero de Donna Tartt (2013)

“Esto no era lo que habíamos pedido. La verdad: no habíamos desayunado en toda la mañana porque estaba en problemas en la escuela y mi madre estaba enojado conmigo, pero yo estaba demasiado avergonzado para decir eso. —¿No lo recuerdas? Hot cakes—, dije desesperada. —Ah, ¿sí? —Ray me miró con astucia.  —¿Tu Madre los hacía? —Sí. —¿Qué le sponía? ¿Arándanos, chipas de chocolate?— Asentí. —¿Ambos?”

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