No hay nada que se compare con el placer que produce beber un chocolate caliente con mucha espuma, es una bebida que reconforta el alma de los mexicanos desde épocas prehispánicas. En México se tienen vestigios en vasos mayas y códices de la presencia de espuma en el chocolate, la cual era fundamental, ya que además de mejorar la bebida en apariencia y textura, tenía un significado muy especial.

Las culturas mesoamericanas consideraban la espuma como la mejor parte de las bebidas. De acuerdo con la Revista Digital Universitaria, en la cultura Zapoteca se creía que la espuma estaba viva y era impulsada por una fuerza llamada peé, que estaba asociada a la fertilidad y a la procreación.

Para generar una buena cantidad de espuma, era necesario invertir mucha energía en la preparación del chocolate, por lo que el valor de la bebida aumentaba, en especial en aquellas cuya calidad permitía que la espuma permaneciera por más tiempo. Esto hacía que la técnica fuera crucial en el proceso de preparación del chocolate.

Debido a lo anterior, el molinillo o chicoli era uno de los utensilios tradicionales más importantes de la cultura mexicana. Este instrumento, fabricado de forma artesanal en madera, se bate dentro del chocolate frotado las palmas de las manos una contra otra, lo cual crea la deseada espuma, que no se logra de igual forma en la licuadora moderna.

Desde la época prehispánica, en México, Bolivia y Guatemala se utiliza dos tipos de palma para hacer un molinillo por medio del tallo y las raíces, las cuales actúan como aspas que forman la espuma al girar el tallo, tal como se hace con el molinillo de madera. A diferencia del molinillo prehispánico, el de madera tiene unos anillos móviles que a partir de sus muescas oxigenan la bebida.

En al actualidad, los molinillos son fabricados principalmente en los estados de Michoacán, Oaxaca, Puebla y el Estado de México. Pero la magia del molinillo no solo reside en su utilidad, sino en su fantástica belleza, ya que los artesanos se encargan de llenarlos de detalles y decoraciones que los hacen muy hermosos.

Los molinillos se hacen artesanalmente de madera, sus diseños son muy bonitos. // Foto: Alejandro Linares Garcia (Wikimedia Commons)