Portarse mal tiene sus ventajas y seguramente nunca fue tan divertido. Viejo Indecente no es el primer mezcal y seguro no será el último que busca comercializarse en el extranjero. Quizá sí sean la primera que para hacerlo no hace uso de la cultura popular o el arte popular mexicano.
“Casi todos manejan los elementos de los alacranes, las pistolas y los sombreros. Nosotros queremos crear una marca totalmente internacional que se venda igual en Milán o Shanghái o Sidney sin utilizar elementos que pueden resultar kitsch para otras culturas y buscamos algo universal, así llegamos a la conclusión de que a todos los humanos nos gusta portarnos mal”, dijo en entrevista Gabriel Pacheco, socio operativo de Viejo Indecente
La primera botella de Viejo Indecente fue etiquetada hace año y medio, en octubre de 2013. Sin embargo el trabajo comenzó desde un año antes, cuando Kristina Díaz, también socia operativa, investigó y buscó productores de mezcal con procesos sustentables para comenzar el proyecto.
Tras la búsqueda dieron con la familia Lucas, quienes desde hace tres generaciones se dedican a la producción artesanal de mezcal en Miahuatlán, en los valles centrales de Oaxaca, y es ahí donde la indecencia tiene su punto origen. “Tenemos un acuerdo de comercio justo. Lo que ellos nos piden se los pagamos y además les ayudamos a gestionar recursos públicos o tecnología para mejorar los procesos”, explicó Gabriel Pacheco, socio operativo de Viejo Indecente.
La estrecha relación comercial conjunto devino en amistad. “Los vamos a ver cada dos o tres semanas. Estamos presentes; les hablamos con la verdad cuando algo no se puede y somos honestos con ellos. No firmamos nada, no tenemos contrato. Todo es de palabra y funciona muy bien porque se ha convertido en un asunto de amistad”, dijo Gabriel y prueba de ello, añadió, es la exclusividad recíproca entre comercializadores y los productores lo que hace que lo único indecente en esta bebida sea el nombre.
La sustentabilidad también es parte fundamental del proyecto. Todos los agaves utilizados para la producción son extraídos de un terreno de 55 hectáreas perteneciente a la familia Lucas que, a diferencia de otros campos, cuenta con distintas especies. “Ellos tienen un sistema de linderos. Hacen una línea de agave espadín, dejan un espacio de unos metros y plantan maíz, frijol o alfalfa; luego otra línea con otra especie de agave que puede ser arroqueño, madrecuishe o tobasiche”, explicó Gabriel.
Este sistema de policultivos ayuda —además de tener una mayor variedad de agaves— a evitar la diseminación de plagas y trasplantar los hijuelos del agave para regenerar el cultivo. “No hace falta ir a cortar agaves de los cerros o recogerlos de los predios comunes”, añadió.
Existe un punto común que une lo sustentable con la exclusividad de Viejo Indecente: su método de producción. Contrario a la forma tradicional en la que se cuece la piña del agave en la región central de Oaxaca —con hornos de madera y piedras al rojo vivo—, la familia Lucas lo hace en un horno de vapor. Esto, explica Gabriel, evita la tala de árboles y el desperdicio del 30% de los agaves usados en la destilación. “La piña se quema y ya no se recupera y ese tiempo que tardó en crecer es un costo que no se recupera y que no lo paga el consumidor ni el comercializador, sino el productor”.
El uso del vapor también influye en el sabor y aroma de los tres mezcales comercializados por Viejo Indecente. Como no se quema la piña en el horno, no se generan notas y gustos ahumados que pueden esconder otros. “El ahumado no deja a uno sentir esos sabores con tanta facilidad. Una nariz entrenada sí los percibe, pero para el resto de nosotros no es tan sencillo”, detalló.
Actualmente existen tres variedades de Viejo Indecente en el mercado. Los tres igual de indecentes pero cada uno con características distintas. El Espadín con 45% de volumen de alcohol; cítrico al paladar y aroma mineral. El Ensamble —combinación de espadín y madrecuishe—, con gusto dulce y vegetal que se refleja en el olfato con 48% de volumen de alcohol.
Finalmente el Madrecuishe puro, de aroma herbal afrutado con aromas terrosos y de eucalipto con volumen de alcohol del 48% también.
Dichos mezcales han sido objeto de reconocimientos nacionales e internacionales a pesar de su juventud, de poco más de año y medio. En 2014, durante la primera edición de DARDO —apenas unos meses de su primera botella— las ediciones Ensamble y Espadín ganaron medalla de bronce. Ese mismo año, recibieron las medallas de oro y plata, respectivamente en el festival Spirits of Mexico.
No te quedes sin descubrir nuevos sabores y busca Viejo Indecente. Lo puedes encontrar en las tiendas Palacio de Hierro y La Naval, además de que puedes obtenerlas vía internet y por el mismo precio recibir tu pedido en casa. Puedes abrir la puerta a la indecencia desde 625 hasta los 1100 pesos, dependiendo de la edición que elijas, pero eso sí, hazlo con moderación.