Cooking & Salsa from Alvaro J. Gomez on Vimeo. Vía Sello M
Algo tiene Tulum. Apenas sientes la brisa marina en la cara, y ese sabor a mar en los labios, dejas de ser tú. El verde de la vegetación se te mete por las venas y la arena blanca, finísima, sube por tus pies y ocupa cada poro de tu piel. Ya no eres tú en este remoto lugar del Caribe mexicano.
El tiempo, ese pequeño tirano hijo de la convención social disfrazado de reloj, no sirve aquí. No cuenta ni existe. Las horas pasan lentas; el sol invita a beber, los pies comienzan a moverse y la playa te llama a probar alimento, ¡y qué comida! No hay duda, Tulum es el lugar para estar y disfrutar al menos dos días llenos de grandiosos platillos —creaciones de reconocidos chefs— y a bailar. Son 48 horas para disfrutar de la buena comida y los mejores pasos de baile. Es Cooking & Salsa 48 Hours in Tulum.
Durante dos días, el 8 y 9 de noviembre los mejores exponentes de la actual cocina mexicana, la atención y servicio de The Colibrí Hotel Collection y los grandiosos paisajes naturales del Caribe mexicano coincidieron para el disfrute de los asistentes como si se tratara de la mejor puesta en escena, una en la que se puede participar.
Ver caras conocidas en la cocina era garantía de que el estómago sería uno de los principales consentidos. Encabezados por Benito Molina y Solange Muris, chefs como Aquiles Chávez, Jorge Vallejo, Francisco Ruano y Paul Bentley. Ellos fueron los protagonistas de la primera noche en Tulum con el menú de seis tiempos —con la que se cerraron las primeras 24 horas— que se ofreció durante la cena en el Hotel La Zebra. Todo acompañado con vinos de la bodega Gómez Cruzado y Tulum, una agradable cerveza artesanal que marida bien con el aire salino del Caribe mexicano. Indispensable.
Mención aparte merecen Jesús Escalera y Fernanda Covarrubias —de La Postrería en Guadalajara— quienes presentaron una gota de caramelo soplado con yogurt, jengibre y sorbete de maracuyá. El plato, una prueba fidedigna de que el sabor no esta peleado con la estética y mucho menos con la técnica.
Al día siguiente un brunch. En la playa. Con un asador enorme y con Dante Ferrero como domador del fuego que de a poco cocinaba un suculento rib eye añejado durante 27 días.
Mientras la carne estaba lista, Pedro Evia y su equipo —entre ellos su hijo— servían tostadas de camarones con longaniza, castacán con pulpo y de recado negro. ¿El trabajo? ¿La familia? Difícil acordarse de ellos cuando se come de tal manera con la vista que ofrece el Hotel El Pez.
Dante Ferrero se coronó como el héroe de las mujeres, y de los hombres también, con los cortes suculentos y jugosos. Una lástima que la vaca no tuviera más costillas, así como los días que no tuvieran más horas para seguir con el disfrute.
De nuevo Jesús y Fernanda sorprendieron con esas pequeñas hamburguesas dulces. En momentos así uno desearía que el estómago creciera a voluntad —aunque sí lo hace pero no de la forma que uno quiere— para hacer más grande ese pequeño hueco que sólo se llena con “un postrecito”, o dos… quizá tres. Con suerte, cuatro.
¿Quién es Albert Torre? El que le puso el sabor a 48 hours in Tulum. Para cerrar el segundo día, Albert Torre, reconocido productor musical en el mundo de la salsa, impartió una conferencia para hablar de este género musical tan querido en México. Su plática acerca del origen, desde los músicos cubanos de principios del siglo XX, sobre sus fusiones y sus mezclas actuales fueron el preámbulo ideal para una noche dominical llena de ritmo.
Los domingos de salsa en La Zebra son famosos y a ellos asisten los habitantes de Tulum que sacan sus mejores pasos. Esta noche los invitados son los chefs, a quienes les demostraron dos o tres cosas sobre mover los pies fuera de la cocina.
Por sí solo Tulum es una maravilla. A menos de 20 años de su creación oficial —por decreto del Congreso de Quintana Roo en 1998—, esta localidad es una de las más visitadas por turistas nacionales y extranjeros en el país. Su sitio arqueológico, un lugar que combina la belleza natural con la arquitectura maya, es el tercero con más afluencia en México y sólo es superado por Chichen Itza y Teotihuacan.
Imposible olvidar las playas, el azul turquesa del Caribe, lo fino de su blanca arena o de la abundante vegetación que la rodea y contrasta con ella. Simplemente abrumador.
El anfitrión de Cooking & Salsa 48 hours in Tulum fue el hotel La Zebra, uno de los cinco hoteles boutique que integran The Colibrí Hotel Collection —cuatro de ellos en Tulum y uno más en Little Corn Island, Nicaragua— que brillan por su atención y servicio. El Pez, con su ambiente relajado e informal; La Zebra, con el encanto rústico y local; Mezzanine, de carácter íntimo y elegante, o bien Mi Amor —la más reciente adición a la oferta hotelera de Tulum—, con un diseño cuidadoso y sofisticado.
Sí, Tulum es EL lugar. Para relajarse, para comer y para beber unos buenos cocteles. Incluso sólo para dejarse llevar por el tiempo.