Cocinar pasta parece siempre más fácil de lo que es, pero en realidad, es simple y sólo se necesita algo de práctica y un poco de intuición.
Los paquetes de las pastas secas que se compran en las tiendas y supermercados registran las instrucciones de cocción en la envoltura pero, la verdad, es más al “tanteo”.
La buena forma de saber si está lista la pasta es probando y confirmando que está firme al morder. Hay quienes avientan una al techo para comprobar que ya está.. sin embargo, te recomendamos mejor otras opciones más higiénicas.
1. Siempre vale la pena usar una cacerola grande y profunda que guarde buen espacio para que la pasta se pueda mover en el agua. La pasta se pone a cocinar una vez que el agua está hirviendo.
2. Cuando la pasta está adentro habrá que revolver con cuidado para que no se pegue y, aunque cada quien tiene sus teorías, a nosotros nos gusta que se cocine sin taparla.
3. Revolver la pasta periódicamente y al encontrarse un poco más suave probar si está al dente, es decir, firme al morder, que será cuando está lista.
4. La pasta al dente debe colarse de inmediato, y nunca habrá que enjuagarlas pues se enfrían y pierde la capa de almidón, lo que hace que no pueda adherirse la salsa.
5. La relación de agua y pasta en la cocción debe ser, más o menos, 3 litros de agua cada 250 gramos de pasta y cuando sea más de un kilogramo vale la pena cocinarla en dos cacerolas.
6. Ahora sí, estamos listos para una increíble receta de salsa o simplemente un poco de sal y aceite de oliva para tener la comida perfecta. No te olvides de agregar alguna proteína animal para que sea un plato completo sea delicioso.