Hay que beber pisco para quererlo y respetarlo porque si bien en México hay toda suerte de destilados deliciosos, ¿por qué no conocer algo más?
Al parecer, Perú y Chile se han disputado por años el aguardiente de uva, pero la denominación de origen la tiene el primero. En el 2013 el pisco fue salvaguardado a nivel mundial por la Comisión Europea, que aseguró su “adecuada protección y comercialización en el mercado comunitario”.
De esta manera, en Chile, este licor se hace de forma distinta y es conocido como pisco Elqui, debido al lugar donde se produce.
El nacimiento de este aguardiente se debe a las cepas de vid que los españoles trajeron con la Conquista y durante la cual Perú y Chile formaban parte de la misma colonia.
En el siglo XVII, cuando el rey de España prohibió las importaciones de vinos procedentes de la “madre patria”, el excedente de uvas se utilizó para producir pisco; el nombre lo tomó del lugar en el que era elaborado y donde había muchas aves o “piskos”, en quechua.
¿Qué es lo primero que debes saber? Esta bebida tiene una graduación alcohólica bastante alta, de 42 grados y como el coctel es dulce casi ni se siente.
En un inicio, aquello de la clara de huevo me causó cierto escozor, pero después de beberlo y saborearlo, sentí una frescura y dulzor que resbalaba suave por mi garganta y dejaba ese puntito de alcohol, justo para hacerme recordar que el pisco es poderoso, y que no debía dejarme engañar por el azúcar.
Éste es un coctel preparado con pisco y el jugo de limón, su nombre proviene de la unión de las palabras “pisco” y “sour”, que hace referencia a la familia de cócteles que utilizan limón como parte de su receta.
“El pisco es chévere y lógicamente es peruano”, decía mi amiga, aunque yo seguiría probándolo, para que después, al compararlo con el chileno, pudiera sacar por cuenta propia mis conclusiones.
El siguiente round fue con Chicha Sour, que poseía un ingrediente muy usado en Perú, el maíz morado. Su sabor fue sutil y dulce, parecía que te tomaba un caramelo. Pedí otro más, esta vez fue el Mango Sour, su toque tropical me enamoró enseguida.
Así continuamos, probé los cinco diferentes, último fue el Chilcano, que lleva Ginger Ale, limón y amargo de angostura (un ingrediente de Perú que es similar al fernet).
Bueno, no está demás decir que no hay que desafiar tanto al pisco, pues aunque las bebidas con las que se sirve son dulces, suaves y frescas, por que si te tomas cinco, como nosotros, sí terminas medio mareado.
De esta forma aprendí a quererlo y respetarlo, sobretodo, porque como dice el dicho: “no todo es lo que parece”. El pisco que se sirve mayoritariamente con frutas y azúcar es delicioso, pero a la vez poderoso, ideal para las personas que quieren probar algo diferente a lo acostumbrado y que son adeptas a los sabores dulces.
Tal es el encanto del Pisco Sour que muchos extranjeros que han llegado a Perú lo han hecho su favorito, como es el caso de la actriz Ava Gardner o los Rolling Stones, que pedían la bebida por jarras.
Aquí les dejamos la receta del tradicional Pisco Sour y del Chincha Sour para que los disfruten. ¡Salud!
Licuar los ingredientes, menos el amargo de angostura y la canela en polvo. Cuando se forme regular espuma y el hielo se haya triturado, servir en vasos pequeños y decorar con unas gotas de amargo de angostura y una pizca de canela en polvo. Servir inmediatamente. Rinde ocho vasos.
En una coctelera vertir el pisco puro, el jarabe de chicha morada, el jugo de limón, la chicha morada, la clara y los cubos de hielo. Agitar durante 12 segundos y servir colando en dos copas coctel, previamente enfriadas. Añadir dos gotas de amargo de angostura en cada copa y servir.