En México tenemos cientos de ingredientes endémicos realmente especiales y tratándose del aguacate no hay una sola variedad tan sabrosa como la mexicana, aunque esté en otras variedades del mundo.
Es un fruto cremoso, sano y buenísimo para comer en un taco solo con un poco de sal, ideal para cebiches y mariscos, y muy rico también como plato principal a través de muchísimos rellenos que pueden prepararse con él.
Un aguacate relleno (en cualquiera de sus recetas) es una comida fresca, muy fácil de preparar y que resulta práctica para la hora de la comida o de la cena. Más allá de que cada uno podemos ir adicionando ingredientes para crear nuevas opciones de rellenos para esta preciada fruta.
Por eso les presentamos algunas opciones para rellenarlos:
Sobre la mitad de un aguacate se coloca una mezcla de endivias en rebanadas finas, media taza de cuscús, un poco de comino, sal y lechuga picadita; todo mezclado con un poco de aceite de oliva y sal. Es una verdadera delicia.
La pulpa de aguacate va en cuadritos y se mezcla con un puño de tocino frito y picado, un jitomate bola cortado en cubitos, un poco de sal y lechuga en rebanadas finitas. Alguna vez lo probamos acompañado de un pan pita calientito y fue una combinación maravillosa.
Pepino con cáscara en cubitos (sin semillas), jitomate picado con pile, perejil picado, cebolla picada y unos cuadritos de queso feta. En este caso la preparación mezclada con un poco de aceite de oliva y sal simplemente se coloca sobre la mitad del aguacate y se sirve.
Sobre el aguacate a la mitad se coloca una mezcla de atún fresco en cubitos un poco de ajonjolí negro, cuadritos de mango fresco, cilantro picado, el jugo de medio limón y un poco de salsa de soya.
En esta versión se coloca sobre la mitad del aguacate una lata de un buen atún (el Ortiz español es delicioso), a la que se le vacía el agua o el aceite que lo conserva y se mezcla con apio picado, un chile serrano bien finito, sal y un par de cucharadas de mayonesa. Hay una versión con cuadritos de papa que le da un toque especial y, desde luego, se acompaña de galletas saladitas.