Esta fruta suele estar asociada al alivio del estreñimiento, quizá por eso tiene muchos fanáticos, pero entre sus virtudes tiene muchos más beneficios. Por lo mismo era apreciada desde épocas prehispánicas, y esto consta en una carta que Hernán Cortés envío a Europa en la cual mencionaba la maravillosa fruta que ayudaba con problemas estomacales.
Entre sus compuestos encontramos la papaína, una sustancia que se encuentra en esta fruta, especialmente cuando es verde, y se utiliza como ablandador de carnes ya que esta es una enzima que disuelve las fibras musculares y tejidos conectivos, haciendo suaves los cortes mas duros. Sin embargo el volumen de esta sustancia disminuye conforme madura la papaya.
Las semillas de la papaya tienen un gusto picante, razón por la que nadie las come, pero se utilizan en la elaboración de medicamentos para eliminar parásitos gastrointestinales. Por otro lado, también tienen la cualidad de ayudar a disolver coágulos en la sangre.
En un estudio hecho por la International Journal of Food Sciences and Nutrition, se analizó la capacidad de varias frutas que se consumen en México para inhibir el crecimiento de la células causantes del cáncer de mama y la papaya, entre 14 alimentos, fue la ganadora.
Por si fuera poco tiene un alto contenido de vitamina C, por lo que es una gran aliada a la hora de fortalecer el sistema inmune y está asociada a la buena cicatrización y prevención de alergias. De hecho, la papaya tiene más vitamina C que otras frutas reconocidas por su gran contenido de este nutriente como las naranjas, limones y toronjas, así que cuando quieras subir tus defensas ya sabes: come papaya.
Por otro lado tiene mucha vitamina A, que ayuda a prevenir problemas en la visión así como de la piel. Se la considera una buena fuente de vitaminas E y K, folato, fibra, potasio, tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico, calcio, magnesio y por sí fuera poco, carotenoides antioxidantes y fenoles, sustancias conocidas por combatir enfermedades.
Pero aunque esta fruta sea una maravilla, las personas que viven con diabetes no deberían consumirla en grandes cantidades pues también tiene un alto contenido de azúcares.
La papaya se lleva bien con los cereales, la miel y las féculas pero puede producirnos muchos gases, dolores de estómago y hasta cólicos si se combina con frutas oleaginosas (como nueces), mantequillas y legumbres.
Desde los mayas hasta la actualidad, esta fruta nos ha traído grandes beneficios, así que démosle el lugar que merece en nuestra mesa, nuestro estómago lo agradecerá.