Con una traducción al español que nos gustaría adornar como “tortitas de jaiba”, los ‘crab cakes’ son un platillo clásico tanto del noreste de los Estados Unidos, en la zona de Maine y del norte de Nueva York, así comoomo algunos estados del sur y característico también, aunque en versiones similares, de ciertos países del norte de Europa.
[contextly_sidebar id=”867e698fe3383e9d5324224dd2ef44ed”]Es curioso que en México no se haya popularizado una versión propia pues somos muy propensos a las “tortitas” ya sea de carne, pollo, cerdo o verduras, fritas en aceite y luego con alguna salsa por encima o sumergidas en ella. Eso, claro está, sin contar la variedad de cangrejos y jaibas de nuestros litorales es importante y de un sabor muy especial. Por eso sugerimos comenzar a popularizarla, porque es una delicia.
Nos encanta acompañarlos de una ensalada de lechugas varias y un aderezo muy simple: aceite, vinagre, sal y pimienta. Sin embargo debemos confesar que recientemente probamos una versión de Elena Reygadas de ensalada de lechuga con cuadritos de mamey que no nos ha dejado dormir de lo mágico del sabor.
Se combinan muy bien los cinco primeros ingredientes en un bowl. Posteriormente, se agrega el panko, el cangrejo y se aparta. Dividir la mezcla en alrededor de ocho o 10 porciones iguales y con las manos se forman “tortitas” de la mezcla para dar forma a los ‘crab cakes’.
Calentar abundante aceite vegetal en un sartén y freír los ‘crab cakes’ durante tres minutos por un lado hasta obtener un color dorado. Voltear.
Preparar el aderezo que lo acompaña combinando una taza de yogurt natural con una cucharada de mayonesa, el jugo de un limón, un diente de ajo finamente picado, un puño de perejil fresco finamente picado y un puño de eneldo fresco finamente picado.