Para los fanáticos del vino, y particularmente para aquellos que resaltan su conocimiento enológico arropados en atuendos de boinas y butifarras, habrá sido una gran sorpresa leer que el consorcio enológico Vega Sicilia ha tomado hace apenas unos días una decisión harto complicada, al menos así se podría interpretar desde una perspectiva económica.[contextly_sidebar id=”137cf04c9dc59d01e600fb81d4905558″]
Resulta que los directivos del aglomerado enológico que agrupa varias vinícolas de pomposos nombres, ahora conocidos como Tempos Vega Sicilia, anunció que retiraría del mercado nada menos y nada más que su Píntia 2009 y que además, no comercializarían el Alión 2010; ambas decisiones obedecen a que estos vinos presentan ¨unos posos¨ (término utilizado en la madre patria para referirse a los sedimentos presentes en un vino) que “no son posos” ¡que se presentan en exceso! ¿pero que no precipitan? Sin saber mucho de este tema, lo que yo entiendo es que esos famosos caldos tienen una solada que se esconde; el precipitado no se hace presente aunque ¡sí se ve!. Ya saben que a veces el lenguaje de la madre patria no se parece al que heredamos aquí los hijos de Moctezuma.
De la prensa recuperé palabras más, palabras menos, las siguientes declaraciones:
“…un depósito en botella es normal en los vinos de calidad no filtrados. Pero, que ese depósito se mantenga en suspensión; eso es lo que nos causó la alarma. No podemos permitirnos esos posos.” ( Pablo Álvarez, consejero delegado de Vega Sicilia).
“Estamos investigando cuál puede ser su origen o motivo (de los posos que no son posos) pero por ahora, sólo aciertan a señalar que ese poso es una especie de materia colorante que en vez de precipitar y quedarse en el fondo de la botella, le da turbiedad”.
Después de las explícitas aclaraciones recibidas directamente de los actores principales de este singular numerito, quizás usted coincida conmigo. Lo que yo entiendo después de la narración del “fenómeno paranormal”, tanto por los voceros de la bodega como por la prensa del “Viejo Mundo” que escribe al respecto, es que el vino, mejor dicho los vinos, ahora que ya están embotellados se parecen más a una película de Almodovar que a las tradicionales actuaciones de Antonio Banderas, tan apreciadas en taquilla.
¿Se imagina usted tener que aventarse el viacrucis chilango “a pelo”?
Al principio, cuando leí la noticia, pensé que la decisión de retirar las afamadas etiquetas obedecía a una acto de solidaridad del rey Juan Carlos para reafirmar su liderazgo hispano sobre la antigua y regulada Tenochtitlán y apoyar así, a los puritanos decretos del jefe de gobierno “Mr Mancera” quien ordenó “ley seca” en la semana mayor —menos mal que todavía no está legalizada ¨la mois¨—. ¿Se imagina usted tener que aventarse el viacrucis chilango “a pelo”? Yo la verdad no me lo imagino.
Volviendo al tema enológico, lo que podríamos concluir leyendo las diferentes explicaciones expresadas por los acongojados directivos es que todo este enredo es, desde mi muy humilde opinión, “un tema de huevos”. Aunque la prensa enológica resalta la valentía en momentos de crisis para ejecutar esta difícil decisión, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que los huevos ya no son como antes. Claro usted quizás podrá argumentar que hay que estar en las alpargatas de estos tíos ante tan “fuerte y meritoria acción”, pero yo me refiero específicamente a la clarificación del vino. Mis queridos wannabewinemakers, ojo con lo que hacen porque parece ser que dos huevos ya no son suficientes en este negocio. Así como se oye.
De hoy en adelante muy probablemente para evitar indeseables precipitados los bodegueros de Vega Sicilia tendrán que utilizar más de dos claras por barrica. Ahora echemos mano del sospechosismo que nos caracteriza, ese que forma parte de nuestro bagaje de mexicanos de pura cepa. Para mí siempre quedará la duda de cuál es, fue o será la verdadera razón de tan mediático anuncio. Yo ya no entiendo nada. Sin embargo puntualizar algunos elementos nos podrían ayudar a mejorar nuestro estándar como consumidores en el futuro.
El mentado Pintia 2009 fue calificado por el one million dollars nose, Mr Parker con 94 puntos y con 95 puntos por el líder de las guías para lacayos de la monarquía española el Señor Peñin. Además, dándole rienda suelta al morbo del momento, revisé en algunas de las surtidas tiendas de la ¨Nueva España¨ y prácticamente el vino ya había sido vendido en su totalidad. En la historia enológica mundial se conocen sonados litigios de elevado contenido económico, la mayoría de ellos han estado asociados a contaminación por TCA en los corchos.
En muchas de las vinícolas “clase mundial” hay una tendencia a estandarizar los procesos, los sabores
También recuerdo uno de los mayores escándalos por fraude protagonizado por el Imperio Americano Gallo quien por mucho tiempo importó bajo su marca Bicycle, cientos de miles de botellas de un Pinot noir fake francés elaboradas por un bodeguero de Langedoc que junto con los “super Winemaker”, formados en UC Davis, se les olvidó que en esta zona de Francia el Pinot noir comercial no existe.
¿A dónde quiero ir con todo esto? Creo que es momento de recapacitar en la influencia que ejercen estos monstruos enológicos, con el poder avasallador de su mercadotecnia, no sólo sobre la manera de consumir sobre miles de enófilos, sino en la forma cómo se elaboran los vinos en la actualidad. En muchas de las vinícolas “clase mundial” hay una tendencia a estandarizar los procesos, los sabores; vivimos en una civilización del espectáculo donde algunos cuantos dictan cómo se debe de ver y beber el vino, necesitamos bebedores denodados.
Habrá que recuperar la natural autonomía de esta bebida, es triste ver como van quedando atrás aquellas épocas donde un vino podía presentar en mayor o menor medida un pequeño sedimento compuesto de cristales y materia colorante proveniente del propio vino. Creo que tenemos una gran confusión sobre lo que es el vino actual y que es lo que representa. Los dejo con esta frase:
“Una precipitación extraña que no decanta con facilidad”, insiste Pablo Álvarez.