El eneldo es una hierba aromática, de olor anisado y con ciertos toques a cítricos que no sólo es utilizada como remedio casero por tener características digestivas y propiedades antisépticas, pues tiene además un sabor muy particular por lo que sus hojas y frutos son usados en la cocina como condimentos y que puede ser protagonista de deliciosas recetas.
El eneldo (Anethum graveolens), cuyo uso se remonta a la antigüedad, nace originariamente en la zona del Mar Mediterráneo. Por sus propiedades curativas, las infusiones de eneldo suelen ser usadas para la digestión, la estimulación del hígado, y hasta para estimular la producción de leche materna.
Es un ingrediente que suele estar acompañado en platillos con mostazas, con quesos o con cremas, pepino, pescados desde luego, aceites y pimientas.
La de hoy es una receta muy sencilla que lo mismo sirve para botanear acompañado de un poco de pan árabe, que acompañando un salmón ahumado con mostaza y pan negro, o para ser servido con un pescado blanco de esos que se cocinan casi solo con aceite, sal y pimienta.
El resultado es una mezcla de quesos, crema y hierbas, llena de aroma y el delicioso dulzor característico del eneldo.
Se mezclan todos los ingredientes en un bowl y se unen con un tenedor de tal forma que quede una mezcla más o menos homogénea, aunque siempre es rico que haya pedacitos de requesón.
El eneldo se recomienda cortarlo a mano y no con cuchillo. Se refrigera y está listo para usarse y untárselo a lo que quieras.