El vino está en todos lados. Cada vez queremos saber más, conocer lo que nadie conoce y además la industria vinícola de México crece ofreciendo cada vez mejores opciones y beber vino. No solo sabe bien, hoy se “ve” muy bien. Todos los detalles cuentan: la copa, la temperatura, la compañía y la producción.
Más allá de tener la oportunidad de preguntarle a un sommelier cercano, o al amigo que claramente se ha instruido en el tema (porque también los hay los que sólo dicen haberse instruido), a todos nos surgen dudas.
Ahora, recogemos de nuestros lectores dos temas fundamentales alrededor de los cuales aún existen muchos cuestionamientos en el mundo del vino: la temperatura a la que debe servirse y el tipo de copa en el que se bebe.
¿A cada vino su copa?
Quizá esta guía te sea de ayuda (haz click para aumentar el tamaño). // Imagen: Especial.
La respuesta depende de la calidad. Asumiendo que estamos todos bebiendo buen vino y de calidad (que no necesariamente es caro), el vaso o la copa en el que lo bebamos sí permite apreciarlo de manera distinta.
Por ejemplo, los vinos con una cantidad de alcohol importante se beben mejor en copas anchas y grandes, de tal forma que el mismo puede airearse y ser más agradable a la nariz y luego al gusto.
Una copa de champaña siempre se bebe mejor en una copa tipo flauta pues permite que sus millones de burbujas no se disipen; en cambio, cuando uno bebe coñac, las copas grandes y redondas, o tipo “balón”, permiten airear y agitar el licor, y su boca cerrada capturar la intensidad y el aroma.
Poco a poco nos volveremos expertos y apreciaremos la inversión en distintos tipos de copa, pero, por lo pronto les compartimos estas sugerencias muy básicas que hemos aprendido.
¿A qué temperatura se sirve el vino?
La regla general es que un vino esté en su copa a temperatura ambiente. Evidentemente, lo anterior depende del clima de donde estemos; si el clima es más cálido, un vino tinto se mete al refrigerador 20 minutos antes de servir para que se refresque y si es blanco, hay que sacarlo del refri unos minutos antes.
Beber un vino tinto a temperatura ambiente significa servirlo entre 16 y 18 grados centígrados. No obstante, también hay reglas adicionales; si el vino tinto que vamos a beber es joven, es mejor una temperatura un poco más baja, entre 12 y 15 grados centígrados, para poder sentir su frescura y percibir, en su caso, algún matiz a frutos o flores.
Hablando de blancos, los vinos blancos sin duda se disfrutan fríos. Pero también en estas varietales hay otras sugerencias y reglas; si el vino blanco que servimos es joven, 10 grados centígrados hacia abajo es lo ideal. Si el caldo es semiseco podríamos incluso tomarlo hasta en 6 grados centígrados para así poder destacar su dulzor y sabor frutal.
Aunque la regla general es beber vino a temperatura ambiente, se disfrutan mejor a ciertas temperaturas. // Foto: Especial.
Y luego vienen otros vinos que también se disfrutan fríos. Los rosados se sugiere beberlos por debajo de los 8 grados centígrados, nunca menos de los 6 grados, y las cavas y proseccos entre los 5 y 7 grados centígrados.
No se preocupen, siempre se vale preguntar pues nadie nació sabiendo beber vino, ni siquiera esta gallinita cocinera, pero todos podemos aprender. Y para que disfruten mientras aprenden, escuchen:
