Esta es la clásica historia de un modesto producto popular que con el tiempo logró convertirse en una estrella internacional: la célebre Grappa italiana.
Existe noticia de que allá por el año de 1450 a las faldas de los Alpes, en el norteña región italiana del Véneto, ya se procesaba un aguardiente con los despojos del vino, pues la materia prima de este famoso aguardiente es justamente el orujo, las cáscaras, ramas y semillas de la uva, así como el jugo turbio del fondo de los toneles de prensado.
Sin duda existen variantes en las recetas, pero el principio consiste en la fermentación de estos ingredientes, los cuales ya no cumplen con los requerimientos de un vino elegante, para después proceder a una cuidadosa destilación de la que surge un aguardiente claro y limpio, cuyo contenido alcohólico se comercializa generalmente con un factor cercano al 40% del contenido.
Este producto era visto en el mundo como un brebaje áspero, rudo, joven y por ello mismo, mediocre; sin embargo en las últimas décadas toda la gama de estos aguardientes se ha dado a conocer fuera de Italia, demostrando su categoría con productos ciertamente meritorios.
Efectivamente, la grappa es un aguardiente poderoso y es reconocido como un digestivo sumamente eficaz que combina a la perfección con quesos, fruta, chocolate o café; se recomienda beberlo a temperatura ambiente en copas pequeñas de cristal delgado.
Una de las características singulares de esta delicia es precisamente el perfume que se traslada desde las uvas para otorgar a los sibaritas intensos placeres, por ello se sugiere que antes de beber una copa se disfrute de su aroma largamente y al degustarlo, intentar apreciar las sensaciones propias de un licor seco, como su prolongado retrogusto, pues siempre deja en el paladar sus virtudes aromáticas.
Se trata de una especialidad netamente italiana, reconocida así por las leyes y la tradición, e incluso, si en su manufactura se emplean únicamente uvas cultivadas en los territorios de las regiones reconocidas, la Grappa adquiere Denominación de Origen: Piemonte, Lombardía, Véneto, Trentíno, Alto Adige y Friuli.
En la actualidad existen grappas hasta con 20 años -o más- de añejamiento en barricas de madera, y productos elaborados con un solo tipo de uva, logrando así aguardientes con matices únicos y ciertamente inolvidables.
En todos los casos sus características deben consignarse en la etiqueta.