Ver un chef mexicano en la cocina de un restaurante japonés preparando aquellos sofisticados y a la vez simples platillos con tal maestría, es una delicia. Verlo tan joven y tan entusiasta es aún más satisfactorio, pero ver a Pablo Peñalosa en acción en la cocina del restaurante Morimoto, es un agasajo.
El restaurante es uno más de la serie de los Morimoto que hay por el mundo. Nueva York, Napa, Filadelfia, Las Vegas y Los Ángeles son algunas de la ciudades en donde se puede conocer esta propuesta creada por el chef Masaharu Morimoto, originario de Hiroshima quien a sus casi 60 años de edad, le trasmitió no sólo su conocimiento a Peñalosa sino su enorme pasión por los buenos ingredientes y sin duda por hacer sentir bien a los comensales.
Pablo es un hombre sencillo que a temprana edad se dio cuenta que las ganas que tenía por cocinar eran mayores a las de hacer cualquier otra cosa. Estudió en el Claustro de Sor Juana y tuvo la enorme oportunidad de trabajar muy de cerca de grandes de la cocina mundial, como el multipremiado Martín Berasategui, o el chef Joan Roca, ganador del mejor restaurante del mundo según la Lista San Pellegrino.
Un día decidió participar en el “casting” para ser la cabeza del nuevo Morimoto en la ciudad de México, ubicado dentro del hotel Camino Real de Polanco y nos cuenta, con humildad, que el chef japonés lo eligió entre los cinco finalistas y no sólo eso, sino lo adoptó como aprendiz, amigo y cómplice, lo cual lo llena de orgullo.
Morimoto en México es especial pues tiene los platillos de firma pero tiene también un sello personal y regional que otorgan cada uno de los chefs en cada país. Esto hace que la comida tradicional japonesa tome un concepto más juguetón, donde la libertad creativa que tienen los chefs da como resultado, en el caso de México, una fusión espléndida entre los sorprendentes sabores de una salsa de tomate y pepita y los orientales, igualmente increíbles, como el hamachi o el tofu.
Pablo está convencido de que el público mexicano merece una propuesta novedosa en cuanto a sabores y a ingredientes si de cocina japonesa se trata. Goza ver que los comensales prueben distintas opciones y no se queden estancados en los clásicos platillos orientales. Aquí hay propuesta y novedad.
Se nota la destreza con los cortes y la conversación respecto de un atún es interesante, lo mismo de cuchillos o de las distintas cocciones de los arroces.
El sitio, con todo y su decoración de enormes sillas y sillones, se vuelve acogedor. Nos gusta visitar el Morimoto en plan pasar la tarde entre sakes, té verde, gins y postres. Es un secreto bien guardado pero es una de las terrazas techadas más amplias y agradables de Polanco.
De la cocina recomendamos mucho el “Buri bop”, uno de los platillos más emblemáticos del lugar, que consiste en atún aleta amarilla, arroz, huevo, hongo lecho real, espinaca y zanahoria. Valen mucho la pena también las tostadas Morimoto. Y de postre, un helado de frambuesa con menta acompañado de pay de queso y granos de frutos rojos congelados, muy, muy bueno.
Morimoto
Mariano Escobedo #700, dentro del Hotel Camino Real Polanco, Ciudad de México
Teléfono: 5263 8888
Sitio web: www.morimotomexicocity.com
Twitter: @MorimotoMex
Facebook: MorimotoMexico