Habitantes del Valle de Guadalupe, cuna de la Ruta del Vino mexicano en el municipio de Ensenada, comenzaron una lucha contra la propuesta del Ayuntamiento para modificar el uso de suelo en la región y permitir la entrada de megaproyectos turísticos e inmobiliarios en una zona que es actualmente mayoritariamente agrícola.
Pobladores y vitivinicultores han abierto la petición “No al cambio de uso de suelo del Valle de Guadalupe” en el sitio avaaz.org, (aquí puedes ver y/o firmar la solicitud) que busca que las necesidades de una comunidad se empoderen con la participación de los ciudadanos.
Hasta la fecha, cuenta con 9 mil 432 firmas pero, a través del grupo en Facebook “Por un Valle de verdad” y con el hashtag #SialVinoMexicano en Twitter, planean involucrar a más personas en su lucha.
En el Valle de Guadalupe, en el estado de Baja California, se produce actualmente 1.2 millones de cajas de vino cada año, es decir el 90% de la producción nacional, pero la propuesta del cabildo de modificar el Programa Sectorial de Desarrollo Urbano-Turístico de los Valles Vitivinícola de la Zona Norte del Municipio de Ensenada (Región del vino) puede cambiar el panorama, pues con los grandes desarrollos que se planea construir se complicaría la situación de escasez del agua que hoy en día los productores y habitantes del Valle tienen que sortear.
El plan del Ayuntamiento —en manos de Enrique Pelayo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI)—es cambiar el uso de suelo agrícola y natural por uno “habitacional turístico campestre” y de “recreación” en el Valle de Guadalupe, lo que permitiría la construcción masiva de viviendas y centros turísticos en casi 70% de la zona que actualmente es para uso agrícola, como se publicó en Animal Político.
La justificación de los cambios, según el ayuntamiento de Ensenada es que el nuevo modelo “permite la combinación de actividades productivas con espacios para la vivienda y la recreación, buscando consolidar el potencial turístico y productivo del Valle, además de conducir a la población residente a su participación en la dinámica de desarrollo económico de la región”, además de que con éste se subsanan “las graves deficiencias en materia de desarrollo urbano- turístico” de la región.
Pese a que la modificación del Programa Sectorial no se han hecho, en Ensenada y en Internet ya se oferta el proyecto “Rancho Olivares Masterplanned Country Community” que abarca un terreno de mil hectáreas en donde se ofrece un “desarrollo residencial y turístico” que incluiría cerca de 4 mil 500 viviendas, un hotel, un centro comercial y un club de golf que según vitivinicultores ya se comenzó a construir y está ubicado en una zona de uso de suelo agrícola y natural.
El terreno pertenece a Grupo Lagza, propiedad del desarrollador de bienes raíces de la región, Carlos Lagos; y del actual subsecretario general de Gobierno del Ayuntamiento de Ensenada, Ricardo Zazueta, quien además fue legislador local y candidato a diputado federal del PRI en 2009.
“Aquí tenemos un cambio en dos vías, primero la destrucción de la vocación del Valle en términos de un valle agrícola, de carácter rural; pero también hay daños colaterales porque finalmente los habitantes del Valle tenemos hoy en día grandes deficiencias en términos de servicios y reestructura urbana que no se han cubierto. La cobertura de agua habitacional todavía es insuficiente y en vez de emparejar y solidificar los poblados que ya existen promueven nuevos centros poblacionales con una necesidad de infraestructura que simplemente no se cubre para los que tienen 80 años aquí”, dijo en entrevista con Animal Político el enólogo y presidente de la Asociación de Vitivinicultores de Baja California, Hugo D’Acosta.
Según cifras oficiales, actualmente en los tres poblados del Valle de Guadalupe —Francisco Zarco, El Porvenir, San Antonio de las Minas— la cobertura del servicio de agua potable es de 66% y de drenaje sanitario de 84%.
Actualmente la parcela mínima para uso habitacional es de cuatro hectáreas y sólo se permite una vivienda unifamiliar por parcela, con los cambios se busca tener desarrollos habitacionales unifamiliares de 20 viviendas por hectárea e incorpora la multifamiliar de 40 viviendas por hectárea.
Acá el mapa de los cambios propuestos (publicado originalmente en Animal Político):
Aunque la decisión de modificar el Programa Sectorial pertenece al cabildo, éste junto con el Comité de Planeación para el Desarrollo Municipal (Copladem) están obligados a convocar a consultas públicas para conocer la opinión de pobladores, productores y otros grupos que pudieran verse afectados por los cambios.
Sin embargo, vitivinicultores han denunciado que las consultas se han intentado hacer hasta en tres ocasiones sin una convocatoria pública.
“Esto no sólo afecta a los que hacemos vino, afecta a todos los pobladores de Ensenada y por eso es importante que se haga una convocatoria y no que sólo se avise a unos cuantos. Va fuera de toda la formalidad su forma de consultar a los habitantes del valle sobre los cambios que quieren hacer ya, antes de irse”, explicó en entrevista Adrián García Fernández, vinicultor de la bodega Retorno.
El 9 de octubre de 2013 se realizó una nueva consulta dividida en tres sesiones, aunque de nuevo vinicultores denunciaron irregularidades, que la convocatoria no se hizo pública en medios de comunicación masiva y que las autoridades incluso dejaron plantados a los pobladores.
Por su parte, integrantes del Ayuntamiento de Ensenada dijeron a Animal Político que el Copladem se ha hecho cargo de coordinar y de asistir a las consultas y reuniones necesarias para analizar los cambios al Programa Sectorial y que es posible que haya una más a finales de este mes.
Además de solicitar apoyo a través del sitio avaaz.org, Facebook y Twitter para evitar el cambio en el uso de suelo, pobladores y productores también buscan dar información sobre el Valle, sus necesidades y la urgencia de que la próxima consulta realmente sea pública y en ella participen todos los grupos interesados.