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Historia culinaria de España: El hambre genocida

Por Animal Gourmet

A lo largo de la conquista de México, la búsqueda de alimentos desarrolló en Hernán Cortés un instinto muy fino, casi como el olfato. En la historia culinaria de España, nuestro país es fundamental.

Le permitía distinguir en su ruta a Tenochtitlán los poblados pobres de los ricos. Su ruta política fue también gastronómica y se percató de los productos propios de cada zona, en la historia culinaria de España esto asienta bases.

Pudo observar los resultados de cada microclima, desde el sotavento hasta la meseta central a través de los alimentos y las riquezas. Tenía una curiosidad pragmática. Quería saber donde estaban las minas, de donde venían tales productos, etcétera.

Para cuando los españoles llegaron a la ciudad de México Tenochtitlán y vieron la majestuosa manera de comer de Moctezuma, el conquistador ya tenía una referencia de dónde provenían muchos de los productos que le servían al Tlatoani (el emperador). Pudo darse una idea clara de las dimensiones del poderío mexica.

El conquistador ya tenía una referencia de dónde provenían muchos de los productos que le servían al Tlatoani

En la segunda carta de relación le escribe a su rey: “Cada una de estas provincias servían con su género de servicio, según la calidad de la tierra, por manera que a su poder venían toda suerte de cosas que en las dichas provincias había“.

Algunas fuentes señalan que Moctezuma tendió una trampa a los españoles. // Foto: Especial.

Algunas fuentes señalan que Moctezuma tendió una trampa a los españoles. // Foto: Especial.

Cortés comenzó a medir, con base en la hospitalidad, si tal o cual pueblo sería consecuente con su causa. Invariablemente el protocolo era el mismo: buena comida y servicio, y después una sobremesa de negociación y acuerdo político.

Cuando esta secuencia se alteraba, significaba que estaba en un lugar hostil hacia la presencia de los españoles y que tarde o temprano habría una confrontación violenta. Veamos lo que dice respecto a su entrada en la ciudad de Cholula.

Los tlaxcaltecas, indígenas aliados a la causa española, ya le habían prevenido respecto a los cholultecas y su alianza con los mexicas. Aún así, y con todas las precauciones, llegaron los españoles a la ciudad, donde fueron recibidos honrosamente. Dejemos que prosiga el relato el mismo conquistador:

“Y con esta solemnidad nos llevaron hasta entrar en la ciudad, y nos metieron en un aposento muy bueno adonde toda la gente de mi compañía (excepto los tlaxcaltecas y cempoaltecas) se aposentó a mi placer. Allí nos trajeron de comer, aunque no muy cumplidamente”.

El conquistador distingue la tensión con el estómago, al insatisfacerse con una mala comida. Y confirma después “las señales de las que los naturales de esta provincia (Tlaxcala) nos habían dicho”.  Se cuestiona por qué en una ciudad rica, de la que dice más adelante “es tan pacífica y tan poblada que parecía que nada faltaba en ella” y con un recibimiento especial, no son capaces de darle un buen banquete como el que había recibido en otros lugares.

El capitán trata de confirmar lo que su estómago le dice y pone a prueba a los embajadores de Moctezuma que le acompañan en esos momentos. Les solicita “que mandasen a los caciques a traer de comer, e lo que traían era agua e leña; e unos viejos que lo traían decían que no traían maíz”. ¿En Cholula y sin maíz? Se debieron preguntar los españoles. La hostilidad no se hace esperar, pues otros embajadores de Moctezuma “dijeron muy desvergonzadamente que su señor les enviaba decir que no fuésemos a su ciudad porque no tenía que nos dar de comer”.

Sabía que (los mexicas) privaban de sal a sus enemigos de Tlaxcala

Para ese entonces el capitán ya tenía una idea de lo que aquella ciudad debía de ser. Sabía que privaba de sal a sus enemigos de Tlaxcala y se llevaba la riqueza  de los pueblos sometidos, por lo que no podía carecer de bastimentos.

Para salir de dudas, Cortés “preguntó (a un cacique) con nuestras lenguas que por que habían miedo e que porque causa no nos daban de comer, y que si reciben pena de nuestra estadía en su ciudad, que otro día por la mañana nos queríamos partir para México a ver e hablar al señor Montezuma (…) Y el cacique estaba tan cortado, que no acertaba a hablar, y dijo que la comida que la buscarían; mas que su señor Montezuma les a enviado a mandar que no la diesen, ni quería que pasásemos de ahí adelante.

Sobra contar en detalle el desenlace de este famoso episodio conocido como la matanza de Cholula. Así de importante es en la historia culinaria de España, nuestro país.