Como sucede con los ingredientes de sabor intenso, la bottarga es uno que o adoras o aborreces, pero quizá uno de los más memorables que este equipo ha probado en los últimos años en un espagueti, con un poco de aceite de oliva, y bottarga rallada que nos trajeron de Cerdeña.
La botarga es un alimento típico de las regiones costeras mediterráneas y se trata de las huevas de ciertos pescados, saladas, secas y comprimidas. Aunque apenas va ganando fama en México, su uso y comercio se remonta a miles de años.
Como lo fue en su momento un buen pedazo de queso brie, cuando México no estaba abierto al comercio internacional como hoy, la bottarga era complicadísima de conseguir y solo aquéllos primos de los amigos del sur de Italia, cuando venían a pasear a México, la traían empacada al vacío y de contrabando. Hoy es distinto e incluso ya se produce en Estados Unidos.
No es económica pero tampoco tiene los precios de otros preciados ingredientes, como la trufa o el caviar, y el resultado –en intensidad y sabor- es similar en experiencia.
Se conocen dos variedades clásicas de bottarga, la Bottarga di muggine, de mújol, una especialidad de la isla de Cerdeña en el sur de Italia, y la Bottarga di tonno, de Sicilia y Calabria, de atún aunque también hay de pez espada o de corbina. Se vende empacada al vacío o sellada y, si es usada y guardada correctamente, puede durar años, lista para ser usada de último momento rallada particularmente con pasta.
Vale la pena probarla, es un sabor a mar muy especial y de enorme riqueza. b, aunque recientemente probamos con ravioles, la versión sencilla y simple con espagueti es fantástica.
Ingredientes
200 g de espagueti (o la pasta larga de tu elección)
1 cucharada de aceite de oliva
La ralladura de un ¼ de limón
1 cucharada de perejil picado
40 gramos de bottarga rallada, por la parte gruesa
¼ de barra de mantequilla
Preparación
Hervir la pasta al dente con un poco de sal. Cuando falten pocos minutos para escurrir la pasta, derrite la mantequilla con el aceite a fuego lento en una cacerola, añade la mitad de la bottarga y unas cucharadas del agua de cocción de la pasta para que vaya tomando sabor sin que hierva, sólo para que se vayan amalgamando los ingredientes y se forme un líquido lleno de sabor.
Escurrir la pasta, añadir a la sartén y mezclar rápidamente para que se recubra bien de la salsa. Agregar la bottarga restante, la ralladura de limón y el perejil. Servir.