El azafrán es muy apreciado por su sabor y aroma. El color rojo intenso que lo caracteriza es producto del clima extremoso; su cultivo producción lo hace ser uno de los condimentos más caros y escasos del planeta.
El origen etimológico de la palabra azafrán se deriva del latín safranum que significa amarillo. El azafrán es un condimento de origen vegetal utilizado para sazonar que se deriva de los estigmas o pistilos de una flor de otoño, muy linda, de tonos lila y morados llamada Crocus sativus, comúnmente llamada “rosa del azafrán”. Los estigmas son largos y rojos y a veces sobresalen de la flor.
Irán es el país donde más se produce y exporta azafrán, sin embargo países como España, Marruecos, India o Grecia son también muy importantes distribuidores del preciado ingrediente.
Su sabor, su aroma amargo y su tinte amarillo, que pinta los platillos en tonos dorados, es quizá lo más característico del azafrán. Su complejo cultivo es sin duda una de las razones por las cuales esta especia es comercializada a tan altos precios en todo el mundo.
Empezando por el clima, se cultiva a temperaturas extremas, tanto calientes y áridas en los veranos, como en los inviernos helados. Es una planta estéril por lo que nunca la podríamos encontrar de manera silvestre, sino únicamente en lugares donde alguien se haya encargado de sembrar sus bulbos.
Se recolecta a mano, flor por flor, y se arrancan los tres pistilos que tiene cada una para entrar en un proceso de secado y deshidratación. Para obtener un kilogramo de azafrán seco se necesitará cosechar 120 mil flores. Por ello no sorprende que sea uno de los únicos condimentos en el planeta que se venda por gramo, con un precio tan elevado.
¿Y cuánto cuesta un kilo de azafrán? 50 mil pesos y sí, hay personas que pagan esta suma por tal cantidad.
Suele suceder, como en muchos de los productos de gran calidad y, de alguna manera difícilmente inalcanzables, que crezca alrededor de su comercio un mercado falso o adulterado del producto. Suele haber hilos teñidos o pelos de cola de caballo pintados que venden simulando este preciado ingrediente.
Otra manera común de adulterar el azafrán es agregando aceite, agua o incluso minerales para que se pese. Vale la pena mencionar que una técnica casera eficaz para saber si el azafrán contiene plomo es ponerlo en un vaso con agua y si lentamente se bajan los pistilos hasta el fondo, es que efectivamente está adulterado. El azafrán puro flota.
Hay quienes agregan pistilos o pétalos de otras flores para aumentar su peso o colorantes para aumentar su color.
Historias de consumo del llamado “oro rojo” hay desde los tiempos del Antiguo Egipto hasta la fecha. Cuenta la historia que en Mesopotamia, Egipto y Grecia antigua se utilizaba como tinte de ropa, de pelo y para aromatizar las fiestas. Se utilizaba también entre faraones como afrodisíaco en grandes cantidades; sin embargo su efecto adormecedor incluso causaba la muerte de quienes abusaban del ingrediente.
En Roma lo rociaban por la ciudad en días festivos. Es durante la Edad Media que se empieza a comercializar de manera importante y es introducido a la península ibérica por los árabes.
En la cocina es muy valorado y evidentemente genera resultados maravillosos. Es el mágico toque amarillo que tiñe curris, arroces, carnes, mariscos, quesos, postres y la famosa paella, un clásico español.