El día de su ejecución, a los sentenciados a muerte en Estados Unidos se les permite ordenar una última cena. Pueden pedir practicamente cualquier cosa. El fotógrafo Henry Heargraves, cuyo trabajo se centra particularmente en el uso de alimentos en sus imágenes, se dedicó a buscar las peticiones de algunos condenados a la pena máxima y con ayuda de un amigo chef, quien preparó los platillos, creó la serie “No seconds”.
Este es el resultado: