Pasar por la calle de Medellín y no entrar al mercado es un sacrilegio. Desde su fachada grafiteada, es casi un lugar de culto en el corazón de la colonia Roma frecuentado por una gran cantidad de cocineros en búsqueda de ingredientes especiales, productos latinoamericanos o una fantástica agua fresca.
Primero de judíos, luego de cubanos, hoy el mercado tiene más de 100 años de historia y llama la atención que de los más de 500 locales que lo conforman, una quinta parte atiende a latinoamericanos y son referente para los habitantes de otras latitudes que buscan productos nacionales para tener un poquito de su país en la ciudad de México.
De los más de 500 locales que lo conforman, una quinta parte atiende a latinoamericanos
Coloridas banderas de Cuba, Colombia, Venezuela, Perú o Brasil decoran los puestos que ofrecen refrescos, chocolates, carnes, salsas, dulces y productos típicos que añoran quienes migraron de sus países. La barra de comida cubana es espléndida y los puestos con especialidades de frutas frescas y ajíes son una belleza. Hay unos helados cubanos muy famosos dentro del mercado cuya especialidad es el helado de nata que desde luego tienes que probar.
Su variedad y calidad de productos tanto mexicanos como internacionales han distinguido al Mercado de Medellín como un proveedor favorito de enorme calidad. Los puestos de comida corrida localizados en la entrada de la calle de Coahuila, generalmente a reventar, llevan años cocinando con esa sazón casera. Sus cocinas no incluyen agua pues frente a ellas hay un local de jugos y aguas frescas naturales que, una vez ocupas tu lugar, se encargan de acercarse y ofrecerte agua de limón con chía, de piña, de papaya, jamaica, melón u otra de temporada.
Uno de los puestos consentidos al interior del mercado es el de los mariscos “La Morenita” donde los ostiones a la diabla, los cocteles, el huachinango a la veracruzana y los domingos la paella son ya clásicos de clásicos. Vale también la pena darse una vuelta por los locales de productos yucatecos del mercado en donde se encuentran panuchos, buena cochinita y hasta naranjas agrias.
El Mercado de Medellín donde hay que ir a hacer el mandado cuando de hacer un ajiaco colombiano se trata, para conseguir guasca, cuando cocinamos lomo saltado peruano, para conseguimos yuca y harina para arepas colombianas o para una simple y gozosa experiencia de comer yucateco o español. Y bueno, es ideal para llevar a pasear al amigo argentino o a la novia venezolana.