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I (matcha) you

Por Animal Gourmet

El té es la segunda bebida más consumida en el mundo, sólo superada por el agua, y por encima del café. Por ello, es hasta cierto punto lógico dedicarle un espacio para contar las historias que de él se desprenden.

De unos años para acá, hemos visto nacer una nueva cultura una cultura del té en todo el mundo.  Ya sea por los diversos beneficios para la salud que se han descubierto con su consumo continuo,  o bien por una forma de redescubrir sabores. El acto de beber una taza de té lleva implícito un momento de tranquilidad y gozo.

No por nada en Japón, la ceremonia del té o chanoyu es todo un acontecimiento que no debe tomarse a la ligera. Practicada desde el siglo XIII, al principio por su carácter religioso exclusivamente por  monjes budistas,  posteriormente adoptada por los samurái como método de entrenamiento en la perfección de movimientos.

Actualmente, es una práctica estética sinónimo de buen gusto dónde la experiencia brindada al huésped es primordial.  Para realizarlo es necesario hacerlo dentro de una casa de bambú llamada chashitsu. Antes de entrar en ella, uno debe estar totalmente relajado y calmado. El maestro de ceremonia o teishu será el guía durante el trayecto hacia la taza perfecta.

Para la ceremonia, solamente se  utiliza agua y un polvo de té verde llamado matcha. Para crearlo, se sigue un minucioso proceso artesanal donde tres semanas antes de cosechar las hojas, se cubren con una tela negra que  filtrará la luz solar casi en su totalidad,  logrando que el  té tenga mayor cantidad de clorofila y menor cantidad de taninos. De ahí el intenso verde y el sabor dulzón característico del matcha.  Las hojas posteriormente son molidas para convertirlas en polvo.

El teishu  mezclará en un tazón agua caliente y un poco de matcha, usando un colador de bambú para que después el maestro lo entregue al huésped, previa reverencia. Uno debe tomarlo con la mano izquierda y después pasarlo a la derecha para manejar el tazón con seguridad. Después debe girarse el tazón un poco para no beber del lado que fue recibido. Esto se hace para indicarle respeto al teishu ya que uno no es digno de beber del lado que el maestro ha tocado. Al terminar de beberlo, se gira de nuevo hacia el maestro como agradecimiento.

El chanoyu ha permanecido por siglos en las costumbres japonesas,  ya que es un momento para compartir con amigos, detenerse un momento para agasajar a un invitado. Son atentos con todos los detalles cuidando desde la temperatura de la habitación, la vajilla e incluso el arreglo de las flores que acompañan a la ceremonia. Generalmente se acompaña con dulces llamados wagashi, a base de azúcar, mochi (pasta de arroz) o azuki (pasta de frijol).

El té es el remedio adecuado para ofrecer un espacio de armonía en medio del caos a través de los siglos. Y como remedio, ha resultado infalible.

Texto: Issa Plancarte Mújica. 

Licenciada en Hotelería con estudios en México y Suiza. Especialista en té y café. Escribe en blogs independientes y publicaciones gastronómicas. Corre electrónico: [email protected]